Geólogos de diversas partes del mundo han detectado en la corteza terrestre una reducción notable en el “ruido sísmico”, como llaman a las vibraciones causadas por la actividad humana. Se trata de una consecuencia de las medidas de cuarentena a nivel global debido a la pandemia de COVID-19.
Calles vacías, comercios cerrados, autos guardados y personas en sus casas; ese es el panorama desde que los distintos gobiernos decretaron el confinamiento obligatorio a sus poblaciones.
Desde hace tres semanas, cuando las medidas comenzaron a regir, el sismólogo Thomas Lecocq, del Observatorio Real de Bélgica, notó que sus instrumentos marcaban una drástica caída en las vibraciones.
Tras analizar los datos, descubrió que estos movimientos se habían reducido cerca de un tercio.
Lecocq le indicó a la revista ‘Nature’ que estas lecturas “solo pueden notarse durante un período muy breve en Navidad”, cuando las escuelas están cerradas y la gente está en casa.
En Bélgica, donde se hizo la detección, las medidas decretadas incluyeron cerrar escuelas, restaurantes y otros lugares públicos desde el 14 de marzo. Por ello, la reducción de vibraciones debería ser aún mayor en otros países, donde se aplica el confinamiento total de la población.
La reducción comenzó a notarse en Bélgica desde que se cerraron las escuelas y restaurantes. Crédito: Nature.
Desde que Lococq publicó sus resultados, comenzó a recibir reportes del mismo fenómeno en varias partes del planeta. Tal como se esperaba, los científicos habían notado el ‘silencio sísmico’ en países como Suiza, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Italia, Costa Rica y Chile.
Lo que está ocurriendo es como un regalo para los sismólogos, ya que, como hay más silencio y quietud, sus dispositivos se vuelven más sensibles y pueden detectar otros movimientos con una nitidez que antes no hubiera sido posible.
“Podemos notar más sismos pequeños y mejorar los estudios de la corteza, porque hay menos ruido y la calidad de la señal es mejor”, le comenta Lecocq a la BBC.
En ese sentido, los expertos en este campo destacan la voluntad de la humanidad para combatir la pandemia.
"Como sismólogos estamos siendo testigos de la buena voluntad de la gente de respetar las medidas.", le dijo Lecocq al medio británico.
“Cada ser humano piensa que lo que hace no tiene importancia, pero cuando millones de personas lo hacen al mismo tiempo, entonces la superficie de la Tierra lo nota”, afirmó.