Ciencia

Telescopio ruso detecta el despertar de un agujero negro en nuestra galaxia

En más de dos décadas, esta región no mostraba signos de actividad. Los astrónomos creen que ha empezado a consumir grandes cantidades de materia.

El agujero negro está ubicado en la región central dela Vía Láctea. Imagen referencial: EHT.
El agujero negro está ubicado en la región central dela Vía Láctea. Imagen referencial: EHT.

El pasado 1 de abril, el telescopio espacial ruso ART-XC captó una brillante fuente de rayos X en una región del centro de la Vía Láctea. La señal provino de un agujero negro que hasta ese entonces había permanecido ‘dormido’.

Según informó la agencia espacial Roscosmos, se trata del agujero negro 4U 1755-338, el cual había sido descubierto en 1996 por el satélite de la NASA Uhuru. Sin embargo, desde ese entonces, el objeto cósmico no mostró signos de actividad.

Los científicos rusos del Instituto de Investigaciones Espaciales (IKI, por su sigla en ruso) analizaron las observaciones del telescopio y dedujeron que lo que acababan de registrar era el inicio de un nuevo destello del agujero negro, a 26 000 años luz de la Tierra.

El equipo de astrofísicos estima que este fenómeno se está produciendo debido a que el agujero negro comenzó a atraer material de una estrella cercana.

Un agujero negro extrayendo material de una estrella.

Un agujero negro extrayendo material de una estrella.

Los agujeros negros tienen una atracción gravitatoria tan fuerte que cualquier cosa que se acerque demasiado termina siendo absorbida. Cuando la víctima es una estrella, esta es desgarrada mientras parte de su masa se acumula alrededor del agujero negro para servir como ‘alimento’.

El personal del IKI realizó hizo el descubrimiento y el análisis de los datos mediante teletrabajo debido a las medidas de cuarentena.

El telescopio ruso ART-XC está instalado en el observatorio espacial Spektr-RG, una misión conjunta germano-rusa que también alberga al telescopio alemán Erosita. La misión fue lanzada en junio de 2019 con el objetivo de trazar el primer mapa del universo mediante las fuentes rayos X de alta energía. Este método revelará los objetos que aún no son visibles para los científicos.

Se espera que el mapa esté completado para junio de 2020.