Colina recibió 15 mil dólares para desaparecer a los nueve campesinos.,Por Elías Salinas Chimbote La acusación formulada por la fiscal anticorrupción Ana Cecilia Magallanes contra los presuntos responsables de la desaparición y muerte de los nueve campesinos en el valle de Santa no hace más que confirmar las denuncias sustentadas durante varios años por los familiares de las víctimas ante la Policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial, sometidos al régimen fujimontesinista. Jesús Noriega Cardozo, incansable agricultor que sigue buscando justicia tras la desaparición de su hijo Jesús Noriega Ríos, dijo que los comandos del grupo Colina fueron contratados a cambio de 15 mil dólares por el empresario casmeño Jorge Fung Pineda, quien tenía una desmotadora de algodón en el distrito de Santa. Diario La República "El empresario tenía un trato abusivo y hostil contra los agricultores, su abierto enfrentamiento a los campesinos sin tierra lo llevó a contactarse con el grupo Colina, a través del ex congresista fujimorista Juan Hermoza Ríos, quien le cedió el encargo a su hermano, el entonces jefe de Comando Conjunto de las FFAA, General (r) Nicolás Hermoza Ríos", manifestó Noriega Cardozo. Por estos delitos de lesa humanidad los familiares exigen cadena perpetua, como sanción para los culpables materiales e intelectuales, entre ellos el ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos y el prófugo ex presidente Alberto Fujimori. Los familiares demandan, además, la entrega de los cuerpos de los desaparecidos secuestrados de sus casas la madrugada del 2 de mayo de 1992. Los desconocidos de porte militar ingresaron con metralletas y pasamontañas a los asentamientos humanos de La Huaca, Javier Heraud y San Carlos y se llevaron con vida a los nueve pobladores del valle de Santa. La reunión y el negocio Por Ana Véliz Vásquez. Con la promesa de una millonaria recompensa por realizar un "trabajo particular", los sicarios del grupo Colina, encabezado por Santiago Martin Rivas, armados y provistos de palas, picos y bolsas de cal se encaminaron el 1º de mayo del 1992 a la localidad del Santa, en Chimbote. Su objetivo era eliminar a nueve pobladores que chocaban con los intereses del empresario Jorge Fung Pineda y culpar a Sendero. Así lo indica la denuncia presentada por la fiscal Ana Cecilia Magallanes Cortez a los juzgados anticorrupción a la que La República tuvo acceso y en la que acusa de homicidio calificado y secuestro agravado a Vladimiro Montesinos, el ex jefe de las Fuerzas Armadas Nicolás de Bari Hermoza Ríos, su hermano Juan Bosco Hermoza Ríos, el empresario Jorge Fung, el ex jefe del SIN Julio Salazar Monroe, el ex jefe de la DINTE Juan Rivera Lazo, a Santiago Martin Rivas, jefe del grupo Colina, y 20 integrantes del sanguinario grupo. La matanza ocurrió la madrugada del 02 de mayo de 1992. "...El mayor EP Santiago Martin Rivas por disposición del jefe de la Dinte, general EP Juan Rivera Lazo, convocó a los tres jefes de los subgrupos operativos del "Destacamento Colina". Ellos son Antonio Sosa Saavedra, Julio Chuqui Aguirre y Pedro Guillermo Suppo Sánchez, además de Carlos Eliseo Pichilingue Guevara, a una reunión en una vivienda ubicada en una transversal de la avenida Benavides en Miraflores- Lima", indica el documento. En esta reunión estuvo presente el empresario "Jorge Fung Pineda, quien deseaba encomendar un "trabajo particular", pues en su empresa algodonera en Chimbote tenía trabajadores que hacían problemas, solicitando que se les involucre con la subversión y se les dé un escarmiento, hecho que conocían el ex Comandante General del Ejército Nicolás Hermoza Ríos y su hermano Juan Hermoza, quien tenía interés en que se realice tal trabajo, por el que se ofreció una millonaria recompensa". Con armas, palas y picos Concluida la reunión -señala la fiscal- Santiago Martin Rivas dio la orden para viajar a la localidad de el Santa, Chimbote, por lo que los jefes de los subgrupos convocaron a los miembros de sus equipos para salir al día siguiente. Es así que a las 8 de la noche del 1º de mayo de 1992 el "grupo de la muerte" emprende su viaje. Todos estaban vestidos de civil con chompas "Jorge Chávez" y pasamontañas. Partieron en varios vehículos con dirección a Chimbote por la Panamericana Norte. En el camino, al promediar la medianoche, hicieron un alto ingresando todos a un restaurante en donde Rivas se reunió con un colaborador que sería un militar retirado; éste se encargó de llevarlos al lugar donde deberían incursionar, y les señaló a las personas que deberían de intervenir. La camioneta de Rivas se voltea Detalla el documento que su destino era los AAHH "La Huaca" "Javier Heraud" y "San Carlos", para ello ingresaron por un desvío a través de una pista carrozable, entre cañaverales. En el camino encontraron a su primera víctima Gilmer Ramiro León Velásquez montado en una bicicleta. Al verlos, intentó huir pero se cayó. Luego se dirigieron a los mencionados AAHH, en donde violentamente ingresaron a las casas y subieron a sus víctimas a los camionetas, pero antes pintaron las casas con frases alusivas a Sendero Luminoso. Pichilingue, el ejecutor Según la denuncia, Martin Rivas no presenció la ejecución, ésta se la encargó a Carlos Pichilingue, a quien ordenó que "termine el trabajo" retirándose con Chuqui Aguirre y Vera Navarrete a su casa en Trujillo. Es así que, según el documento de la fiscal, Pichilingue y el resto de este grupo asesino Colina dan muerte a los hermanos Carlos y Roberto Barrientos Velásquez, Denis Castillo Chávez, Federico Coquis Vásquez, Gilmer León Velásquez, Pedro López Gonzales, Jesús Noriega Ríos y los hermanos Carlos y Jorge Luis Tarazona More. Posteriormente, todo el grupo se reunió en el restaurante llamado el "Pato 1" en donde Pichilingue dio cuenta a Rivas de las ejecuciones, comentándole que como estaba amaneciendo los habían enterrado a flor de tierra, en una chacra cerca del lugar de la intervención.