Por ERNESTO GUERRERO.- En el lugar menos pensado -una vivienda distante no más de 100 metros de un puesto policial- las autoridades encontraron maltrecho al empresario, Jorge Alonso Oviedo (42), quien había sido plagiado por varios encapuchados el 25 de junio pasado. El agraviado yacía atado a una vieja cama, vigilado por 6 personas que terminaron presas. La casa prisión fue allanada por comandos de la División Antisecuestros. Para sorpresa de todos, uno de los interventores reconoció entre los hampones al suboficial de la Policía, Gregorio Farfán Farfán, quien resultó ser el cabecilla de la banda. El corrupto agente trabajaba en la comisaría de "José Gálvez", Villa María del Triunfo. Como experto en investigación criminal, escogió un inmueble ubicado en el mismo barrio -cuadra 20 de la avenida Grau- para mantener cautivo al rehén, seguro de que a nadie se le ocurriría buscar allí. Rastrearon llamada La estrategia quizá le hubiera dado los resultados esperados, pero una llamada telefónica que efectuaron los plagiarios a los familiares del hombre de negocios fue rastreada. Exigían el pago de un millón de dólares como rescate. Los parientes de José Alonso Oviedo, no pagaron ni un céntimo, pese a que por temor estaban dispuestos a hacerlo. Y no era para menos, habían recibido 2 cintas de video en las que aparecía el agraviado pidiendo que cumplieran con las demandas, para que no lo mataran. Por tratarse de un hecho criminal, los agentes de la Divise intervinieron de oficio. Lo hicieron exitosamente, consiguieron rescatar sano y salvo al rehén. Con el policía maleante cayeron sus cómplices, Rodolfo Rodríguez Gorbeña, Miguel Huamán Córdova, Julio Rivas Mejía, así como las hermanas María y Celestina Cárdenas Portolatino.