Sociedad

Conoce el centro nuclear de Carabayllo donde ingenieros peruanos producen medicamentos para el tratamiento del cáncer

El Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra (Racso) del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) contribuye a la atención de 40.000 pacientes en los servicios de medicina nuclear para el diagnóstico y medicación de enfermedades oncológicas

Conoce el centro nuclear de Carabayllo donde ingenieros peruanos producen medicamentos para el tratamiento del cáncer. Foto: Andina / El Peruano.
Conoce el centro nuclear de Carabayllo donde ingenieros peruanos producen medicamentos para el tratamiento del cáncer. Foto: Andina / El Peruano.

En el distrito de Carabayllo, a hora y media del ruidoso Centro de Lima, se encuentra el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra (Racso) del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), un espacio de investigación en el que ingenieros peruanos producen medicamentos para el tratamiento de pacientes que sufren de cáncer.

La institución estatal, en la que se desarrollan radioisótopos y radiofármacos para su uso en la salud y agricultura, contribuye a que alrededor de 40.000 pacientes sean atendidos en los servicios de medicina nuclear para el diagnóstico y medicación de enfermedades oncológicas.

El Centro Nuclear donde se producen medicamentos para tratar el cáncer

El 19 de diciembre de 1988, durante el primer mandato del expresidente Alan García, se inauguró el Centro Nuclear de Huarangal, que un año después cambiaría de nombre por el que lleva hasta la fecha, el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra (Rasco), donde actualmente laboran alrededor de 340 profesionales, entre investigadores, ingenieros, físicos y personal de planta.

Desde su creación, hace 36 años, nunca ha ocurrido ningún tipo de accidente nuclear. El espacio principal que genera el funcionamiento de todo el lugar es el RP-10, un reactor nuclear de investigación de potencia de 10 megavatios, donde su ingreso requiere de estrictas medidas de seguridad y de un dosímetro, para medir la radiación a la que se está expuesto durante el tiempo de visita.  

El reactor RP-10

El interior incluye una gran ‘piscina’ de acero inoxidable de 11 metros de profundidad, que es operado por un grupo reducido de personas para garantizar la seguridad. El ingeniero electrónico Emilio Veramendi, quien es supervisor de operaciones en el reactor, explicó para la agencia Andina su funcionamiento e importancia.

“Sumergido a 10 metros de profundidad, está el núcleo del reactor de siliciuro de uranio que bombea neutrones para la producción de radioisótopos. El agua desmineralizada, que cubre el tanque, es un elemento importante para la protección del reactor y cumple funciones de moderador, blindaje, refrigerante, nos protege de la radiación”, señaló el especialista que trabaja desde hace 43 años en el IPEN.

 El RP-10 es un reactor nuclear de investigación de potencia de 10 megavatios, un tanque de 11 metros de profundidad. Foto: Andina.<br><br>

El RP-10 es un reactor nuclear de investigación de potencia de 10 megavatios, un tanque de 11 metros de profundidad. Foto: Andina.

Los radioisótopos para el tratamiento del cáncer

Los radioisótopos se generan mediante el bombardeo de blancos (óxidos) con neutrones térmicos. Los blancos irradiados son trasladados a los recintos blindados de la planta de producción para su procesamiento radioquímico, dispensado y distribución a los centros de salud y la industria.

El resultado son elementos que se aplicarán en la medicina nuclear, especialmente para el tratamiento del cáncer y el diagnóstico de diversas enfermedades.

La Planta de Producción de Radioisótopos se encuentra certificada por buenas prácticas de manufactura desde 2018 por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) para la producción y comercialización de los radiofármacos listos para usar en las clínicas y hospitales del país.

Los radiofármacos autorizados por el Ministerio de Salud son el Pertecnetato de sodio Tc-99m (para detección del cáncer), Dolosam (Sm-153) (para el tratamiento paliativo del dolor), Ioduro de Sodio I-131 (para estudios tiroideos, tratamiento del cáncer tiroideo y en la industria como radiotrazador) e Iridio 192.

Cabe destacar que el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra es el único fabricante de este último medicamento en el país, que la consumen las personas que sufren de hipertiroidismo.

 Planta de Producción de Radioisótopos del Centro Nuclear del Perú Óscar Miro Quesada de la Guerra "Racso". Foto: Andina.

Planta de Producción de Radioisótopos del Centro Nuclear del Perú Óscar Miro Quesada de la Guerra "Racso". Foto: Andina.

“El Ioduro de Sodio I-131 se produce los lunes y martes, los miércoles está saliendo a los grandes hospitales de EsSalud como Edgardo Rebagliati o el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). A la semana se entregan de 60 a 80 pedidos. Es muy sabio proteger esta tecnología porque somos los únicos que podemos dar una respuesta inmediata suministrando el Ioduro de Sodio I-131 a los hospitales y la industria”, señaló Anita Robles Ñique, directora de transferencia tecnológica del IPEN.

La planta de producción se ha modernizado en los últimos años, con novedosos equipos tecnológicos, transformación de laboratorios y adquisición de recintos blindados, todo con la finalidad de cumplir las normas sanitarias y radiológicas.

El IPEN contribuye a la atención de alrededor de 40.000 pacientes en los servicios de medicina nuclear para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades oncológicas.