Sociedad

Conoce cuál es la laguna del Perú que albergaría una ciudad escondida bajo sus aguas

Leyendas urbanas que han trascendido de generación en generación coinciden en una historia muy representativa de la región Tacna.

Laguna Aricota está en peligro de secarse debido al calentamiento global. Foto: composición La República/difusión
Laguna Aricota está en peligro de secarse debido al calentamiento global. Foto: composición La República/difusión

En las alturas de la provincia de Candarave, región Tacna, a unos imponentes 2.800 metros sobre el nivel del mar, yace la misteriosa laguna de Aricota. Este cuerpo de agua, rodeado de un paisaje fascinante, ha sido testigo de innumerables historias y leyendas a lo largo del tiempo.

Una de las más populares, transmitida de generación en generación, nos transporta a un pasado en el que la línea entre lo real y lo mágico se desdibuja.

¿Cuál es la laguna del Perú que albergaría una ciudad escondida bajo sus aguas?

Según cuenta la tradición oral, mucho antes de que la laguna existiera, aquel lugar albergaba un próspero pueblo. En una ocasión memorable, se celebraba un fastuoso matrimonio que reunía a toda la comunidad en una festividad llena de alegría y esplendor. Sin embargo, en medio de la opulencia, un anciano harapiento irrumpió en la escena, en búsqueda de amparo y sustento entre los comensales.

La reacción inicial de rechazo por parte de algunos invitados contrastó con la compasión de los novios, quienes, con nobleza, ordenaron que se le atendiera como a cualquier otro huésped. Pero la generosidad de la pareja se vio empañada por la desconsideración de la madrina, quien decidió servirle al anciano una porción de comida en un plato destinado para los animales.

Indignado por el gesto de desprecio, el anciano profirió una advertencia que resonaría en la memoria de aquellos presentes. Predijo un cataclismo inminente que transformaría el próspero pueblo en una vasta extensión de agua. Aconsejó a los novios que huyeran en direcciones opuestas, sin mirar atrás, para salvar sus vidas.

Siguiendo el consejo del anciano, la pareja emprendió una desesperada huida. El hombre partió hacia el sur, mientras que la mujer tomó rumbo al norte, cada uno en búsqueda de su salvación. Pero la tentación de lo desconocido los dominó, y al llegar a un punto crítico, ambos voltearon para contemplar el destino de su hogar.

Lo que presenciaron los dejó paralizados: el pueblo que una vez conocieron se había sumergido bajo las aguas y dio lugar a la formación de la enigmática laguna de Aricota. La desobediencia a la advertencia del anciano tuvo un precio terrible: la pareja quedó petrificada, convertida en roca para toda la eternidad.

Hoy en día, las rocas que se alzan en los cerros circundantes, como el cerro Chuviraco y el cerro Huarmeake, son consideradas testigos mudos de aquel fatídico acontecimiento. Se dice que en tiempos de lluvia, estas rocas derraman lágrimas de agua, como recordatorio de la tragedia que marcó sus vidas.

La leyenda de la laguna de Aricota en Tacna perdura en la memoria colectiva de la provincia de Candarave y hace recordar que, incluso en los lugares más idílicos, el destino puede cambiar en un instante.