Sociedad

Cusco: pobladores de Machupicchu evalúan levantar paro indefinido

Protesta. Empresa Joinnus SAC ofrece adelantar vencimiento de su contrato para la venta de entradas al santuario, lo que pondría fin a protestas. Continúa suspensión del servicio de trenes a ciudad inca. Autoridades dicen que impusieron servicios de Joinnus y afirman que se beneficiaría con unos S/10 millones.

El dato. La población se movilizó por las líneas del tren, cuyo servicio fue suspendido en el tramo Ollantaytambo - Machupicchu - Hidroeléctrica. Foto: Luis Álvarez/La República
El dato. La población se movilizó por las líneas del tren, cuyo servicio fue suspendido en el tramo Ollantaytambo - Machupicchu - Hidroeléctrica. Foto: Luis Álvarez/La República

En su segundo día de protestas, los pobladores de Machupicchu continuaron con sus movilizaciones por las arterias del distrito, lo que obligó a la empresa de buses que conduce a la ciudad inca a cambiar de paradero. Mientras que el servicio de trenes suspendió sus operaciones.

Tras los actos de violencia ocurridos la noche anterior, con policías y civiles heridos, las marchas se realizaron por las líneas del tren y en el sector de Puente Ruinas.

Los pobladores piden la destitución de la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, y dejar sin efecto el contrato con Joinnus SAC para la venta de boletos virtuales a Machupicchu.

Al correr las horas, la empresa Joinnus SAC emitió un comunicado en el que propone adelantar la culminación de su contrato con el Ministerio de Cultura y que haya un nuevo proceso de selección.

Si bien la orden de servicio en cuestión culmina en agosto del 2024, estamos enviando una carta al Ministerio ofreciendo adelantar su fecha de vencimiento y poniéndonos a disposición para el inicio de un nuevo proceso de selección, si lo considera conveniente”, señala en el documento.

 Acción. En la noche quemaron llantas cerca de la estación. Foto: difusión

Acción. En la noche quemaron llantas cerca de la estación. Foto: difusión

Esta información fue tomada con cautela por los protestantes, que analizan una posible suspensión de sus acciones de lucha.

El contrato firmado entre el Ministerio de Cultura y Joinnus fue cuestionado por la congresista Ruth Luque. Dijo que “se otorgó una contratación (orden de servicio) de S/36.000 anuales. Luego, vía una adenda, se estableció que, por cada boleto vendido, Joinnus recibirá 3,9%; es decir, la empresa será beneficiada con un aproximado de 10 millones de soles”.

Dicha adenda viciaría el proceso de adjudicación impulsado por Cultura al transgredir el principio de transparencia regulado en la Ley de Contrataciones del Estado.

Al respecto, el alcalde de Machupicchu, Elvis La Torre, manifestó que Joinnus tenía el control absoluto en la venta de entradas de la mayoría de atractivos turísticos del país.

El burgomaestre recalcó que la decisión de contar con los servicios de la empresa privada fue impuesta por la ministra Leslie Urteaga, sin la consulta de la Unidad de Gestión de Machupicchu (UGM).

“Cuando la ministra pone en consulta a la UGM la posibilidad de contar con un sistema moderno, ya existía un contrato y una adenda, y lo intenta socializar 23 días después de que lo tenía todo firmado, eso no es consulta, es una imposición”, sostuvo la autoridad edil.

Sobre actos de corrupción en el manejo de la plataforma a cargo de la Dirección Desconcetrada de Cultura (DDC) - Cusco, el alcalde pidió el cambio o rotación del personal que labora en dicha área. “El problema no es técnico; es del recurso humano”, afirmó.

El gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, se pronunció en el mismo sentido. Señaló que la venta de boletos ha estado haciendo forados al erario nacional ante el silencio del Ministerio de Cultura. Exigió la transferencia administrativa y de recursos financieros de la Dirección Desconcentrada de Cultura-Cusco y de Machupicchu para ponerlo al servicio de su región y del país.

En tanto, los turistas que se quedaron en el pueblo de Machupicchu ingresaron con normalidad al santuario histórico, al igual que al camino inca. El inconveniente estuvo en el retorno a Cusco. Muchos optaron por la vía alterna o amazónica.

Por la noche, las bases sociales que convocaron al paro se concentraron cerca a la estación de trenes, donde quemaron llantas, manteniendo bloqueada la vía ferroviaria.