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Cientos de arequipeños fueron a la Fiesta de la Chicha

Regreso. Actividad se realizó tras tres años. Se vendieron más de 1.000 litros de chicha, además de platos tradicionales. 

Fiesta. Arequipeños disfrutaron de platos típicos y chicha de güiñapo en la plaza de armas. Foto: Rodrigo Talavera/La República
Fiesta. Arequipeños disfrutaron de platos típicos y chicha de güiñapo en la plaza de armas. Foto: Rodrigo Talavera/La República

Luego de 4 años, la Fiesta de la Chicha volvió a realizarse de forma abierta al público de Arequipa. La última edición al aire libre fue en 2019, antes de la pandemia de COVID-19. Se vendieron más de 1.500 litros de la chicha de güiñapo, bebida emblema de Arequipa, además de otros platos de la picantería mistiana.

El evento es organizado por la Sociedad Picantera de Arequipa. Gira en torno a la chicha de güiñapo, un fermentado del germinado de maíz negro. La bebida también se usa como ingrediente de varias recetas de la cocina arequipeña. Por ello, en la Fiesta de la Chicha se ofrecieron cerca de 100 platos entre las 18 picanterías que participaron.

Muchos de los platos fueron recetas rescatadas o ya de poca circulación en las mesas, como la sarza de aceituna seca o los celadores de camarón. No faltaron clásicos de la mesa arequipeña como el rocoto relleno o el locro de pecho.

El coordinador de la Sociedad Picantera, Miguel Barreda, señaló que se busca que la picantería arequipeña sea incluida en la lista de patrimonio cultural de la Unesco (desde el 2014 forma parte del patrimonio cultural de la Nación). Se calcula que al momento hay 70 picanterías en Arequipa, donde 40 pertenecen a la Sociedad Picantera de Arequipa.

Poco espacio

Se trató de la décima primera edición del evento. El escenario volvió a ser la Plaza de Armas, aunque en esta ocasión solo se habilitó el portal de San Agustín para la ubicación de los stands, mesas de degustación y escenario. En años anteriores se permitió hasta dos portales de la plaza. El reducido espacio generó aglomeración y escaso espacio para la movilización de las personas, lo que ocasionó queja de algunos comensales.

Como en años anteriores, hubo alta concurrencia. El evento estaba destinado para culminar a las 3 p. m., aunque para una hora antes, ya varias picanterías habían acabado sus productos.