Sociedad

Cuencas hidrográficas de Puno agonizan por la contaminación

Afectadas. Las principales cuencas de Puno están afectadas por el vertimiento de aguas de desagüe, relaves de la minería formal e ilegal. Población pide una pronta solución a los problemas.

Dura realidad. Cuencas de Puno están contaminadas por culpa de la minería y de las aguas negras que se vierten a los ríos. Foto: La República
Dura realidad. Cuencas de Puno están contaminadas por culpa de la minería y de las aguas negras que se vierten a los ríos. Foto: La República

La contaminación en las cuencas hidrográficas de Coata, Llallimayo, Ramis y Suches, es uno de los problemas medioambientales más graves en la región Puno. El panorama se torna más crítico ante un escenario de déficit hídrico.

En la cuenca Coata, se tiene un elevado índice de contaminación. Sus ríos se han convertido en el vertedero de las aguas residuales de los distritos de Juliaca y San Miguel. A ello se suma el vertimiento de relaves mineros que desembocan en sus afluentes. Félix Suasaca, presidente del Frente de Defensa Unificado de la Cuenca Coata y el lago Titicaca, sostiene que desde que se aprobó el plan de acción para la recuperación ambiental en el 2021, se ha avanzado poco en las obras para remediar la contaminación.

El Ministerio de Vivienda, quien debe ejecutar proyectos de agua y desagüe por más de S/ 64 millones en los distritos de Huata, Coata, Capachica y Caracoto, solo tiene avances en las comunidades Carata y Capi los Uros.

 Reclamo. Pobladores piden solución a los problemas a causa de la contaminación. Foto: La República

Reclamo. Pobladores piden solución a los problemas a causa de la contaminación. Foto: La República

En cuanto a las municipalidades de San Miguel y San Román, que tienen más de S/ 400 millones para dotar de agua potable en cisternas a la población, según Félix Suasaca, cumplen a medias con esta labor.

Por su parte la EPS Seda Juliaca, responsable del vertimiento de las aguas residuales en la cuenca, poco ha hecho para mejorar las pozas de oxidación que controlen el ingreso de desagües al río Torococha, tributario del río Coata.

Otra entidad que no ha hecho mucho es el gobierno regional. Tiene más de S/25 millones para adquirir una draga anfibia para limpiar la basura del río Coata y la bahía del lago Titicaca. También debe encargarse de la colocación de una malla metálica en el río Torococha para controlar el ingreso de residuos.

Llallimayo sin avance

Hernán Nina Zamata, presidente del Frente Defensa de Recursos Hídricos de la cuenca Llallimayo, que comprende a los distritos de Ayaviri, Cupi, Llalli y Umachiri, en la provincia de Melgar, sostiene que el plan de acción para remediar la contaminación aprobado en 2019, solo ha quedado en el papel.

Los productores de esta provincia, por más de 10 años protestaron para el cierre de la unidad minera Arasi, de la empresa Aruntani SAC. Denunciaron que en el proceso para extraer el oro a tajo abierto en Ocuviri (Lampa), generaron contaminación. Ello fue corroborado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Por ello la minera fue sancionada. En cuanto a remediación ambiental los avances son casi nulos.

Nina comenta que dentro de los ejes del plan de acción (ambiente y minería, salud y saneamiento y desarrollo sostenible), únicamente se le ha entregado la buena pro a la empresa Cesel para un estudio de aguas superficiales y su evaluación hidrobiológica.

Uno de los proyectos prioritarios era la ejecución de una planta de tratamiento de aguas ácidas de S/4 millones, pero al no haber unidad ejecutora, los recursos fueron devueltos.

Indiferencia en Ramis

La problemática ambiental en la cuenca Ramis es quizás la más dramática, no solo por la desolación que deja a su paso la contaminación de la minería ilegal procedente de Ananea, sino también porque su defensa cobró seis vidas en la protesta llamada “Azangarazo” de 2011.

A pesar del grave daño ambiental, no se ha recibido atención por parte del Estado. Ni siquiera se cuenta con un plan de acción, según indicó el presidente del frente de defensa de la cuenca Ramis, Pedro Callohuanca.

Los relaves mineros siguen contaminando las fuentes de agua para el consumo humano y la actividad agropecuaria. La Dirección Regional de Energía y Minas, no toma medidas efectivas para controlar la contaminación. Las pocas acciones contra los mineros ilegales, las realiza la Fiscalía en Materia Ambiental, a través de sanciones e interdicciones.

La construcción de la represa Huajchani podría mitigar esta problemática, pero no se ejecuta desde el 2012.

Cuenca de Suches sin avances

La contaminación de la cuenca Suches, en la provincia de Huancané, a causa de la minería ilegal en Bolivia, tiene un tratamiento más complejo porque requiere de acciones bilaterales. Las poblaciones asentadas en la zona de frontera además de no ser atendidas, a veces tienen que lidiar con las agresiones de los mineros ilegales.

El 11 de mayo del 2022 se instaló la mesa técnica de trabajo de la cuenca transfronteriza Suches, pero a la fecha este grupo de trabajo está inactivo.

Según René Mamani López, presidente de la comisión de agua del subsector hidráulico Suches, la semana pasada, en el hito 18 del distrito de Cojata, han colapsado dos pozas de relaves mineros que afecta a los lugareños con sus aguas ácidas y desemboca en el lago Titicaca.