En Chile se murmura que apresan a irregulares en las calles: relata extranjero desde frontera en Tacna
Ciudadanos extranjeros pernoctan en la línea divisoria entre Perú y Chile. No pueden ingresar a territorio peruano por falta de documentos, pero tampoco pueden quedarse en Chile.
Es mediodía en el desierto que divide a Perú y Chile por la costa. El sol es intenso y alrededor de 150 ciudadanos extranjeros están a un lado de la carretera, cerca al letrero que dice: “Gracias por visitar Chile”. Un cordón policial impide el avance de los migrantes hacia territorio peruano. De repente un hombre grita por ayuda, cargando a un niño desmayado producto de la deshidratación.
El cuadro descrito es una realidad que se vive en la frontera peruano-chilena hace ocho días. Ciudadanos haitianos, venezolanos y colombianos dejan Chile y desean ingresar a Perú; sin embargo, la mayoría no cumple con los requisitos que exige Migraciones de Perú. Les falta pasaporte, visa y el sellado expedido por Migraciones Chile. Entonces, acampan en la frontera, expuestos al clima sin alimentos, a la espera de una solución.
El sociólogo e investigador experto en temas de informalidad y migración, Robin Cavagnoud, sostiene que la crisis migratoria en Tacna requiere de forma urgente de una mesa bilateral entre los Gobiernos de Perú y Chile, donde funcionarios de ambos países con poder de decisión planteen una solución viable para el retorno de los migrantes y refugiados a sus naciones de origen.
Cavagnoud, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, advierte que mantener a los extranjeros en la frontera, en una situación de incertidumbre y precariedad, solo conducirá a que muchos de ellos opten por ingresar al Perú por vías no regulares, cruzando el desierto. Recuerda que el fenómeno de la migración venezolana ha creado una ruta de movilidad que no solo involucra a Perú y Chile, sino también a otros países, y que se requiere que todos los territorios que están en esa ruta inicien una mesa de trabajo.
En la frontera de Tacna y Arica (Chile), las protestas de los migrantes son recurrentes. A ratos, cuando se concentran gran número, intentan obstruir la carretera para llamar la atención de las autoridades de Perú. Son retirados a empujones por carabineros chilenos —ya que aún están en territorio de ese país— mientras los policías peruanos están firmes en su barrera.
El colombiano Steven Vidal (35) llegó a la frontera el jueves. Estuvo cerca de 20 días en Chile, país al que ingresó por pasos no regulares (cruzando la pampa). Su idea era trabajar, ahorrar y mejorar la situación de su familia en su país. Ninguno de sus sueños puede hacerse realidad. Él afirma que la situación para los migrantes irregulares en Chile es complicada.
Migrantes en la frontera. Foto: Liz Ferrer/La República.
“Yo estaba en Santiago y ahí hay problemas con la seguridad. Eso repercutió para que el Gobierno chileno tome medidas drásticas con la migración, y más con los irregulares. Y mira cómo estamos (señalando el tumulto de gente en la frontera). Allá (en Chile) se murmura que están interviniendo en las calles a los que estén irregulares, que los van a detener y llevar a la cárcel. La gente al escuchar eso prefiere irse a sus países. Además, hay mucha gente sin trabajo y ya vemos a los policías en las calles pidiendo papeles”, relata el colombiano.
La mayoría de los que están en la frontera coinciden con la historia de García, quieren volver a sus países, huyendo de Chile por la falta de empleo y las políticas migratorias. Mientras eso ocurre en la frontera, en la ciudad de Tacna, migrantes ocupan plazas y áreas verdes para vivir. Ellos quieren dejar Perú e ingresar a Chile con la esperanza de mejorar su condición económica. Chile militarizó su frontera, así que el paso hacia ese país por el desierto, evadiendo los controles migratorios, es casi imposible.
El alcalde de Tacna, Pascual Güisa, propone que en coordinación con todas las entidades competentes, se lleve a los migrantes en un bus hasta la frontera con Ecuador. Por su parte, el ministro del Interior, Vicente Romero, ha solicitado ayuda de las Fuerzas Armadas para, al igual que Chile, militarizar las fronteras.
Militarizar la frontera con Chile. Foto: Liz Ferrer/La República
“Buscar una solución básica a problemas de gran complejidad o trasladar el problema hacia otro (la frontera Tumbes-Ecuador) no es el camino a una solución a una crisis humanitaria. Tampoco lo es dar anuncios populistas (militarización) ante la presión social. Se necesita diálogo, concertación entre los países y organizaciones internacionales”, insiste el sociólogo Robin Cavagnoud.
Organismos internacionales advierten de grave riesgo
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y Organización Internacional para las Migraciones (OIM) emitieron un comunicado en el que alertaban sobre la grave situación de las personas refugiadas y migrantes varadas en Tacna.
En el comunicado, ambas organizaciones mencionaron que los migrantes carecen de alimentos, agua, alojamiento o asistencia sanitaria. Los viajeros corren riesgo desde febrero de este año, fecha en la que Chile militarizó sus fronteras terrestres argumentando un problema de seguridad en su territorio.
Acnur y la OIM brindan orientaciones a los migrantes, distribuyendo kits de emergencia y alimentos. “Instamos a los Gobiernos a que sigan invirtiendo recursos para que las personas refugiadas y migrantes puedan integrarse de forma plena en sus comunidades.”, dijeron.