Ejército abre fuego contra aimaras que reclamaban por agresión a sus paisanos en Lima
Ciudadanos se enfrentaron a militares, quienes fueron rodeados en la plaza de Armas de Juli y luego liberados tras revelar las órdenes de sus superiores. Helicóptero bombardeó la ciudad aimara con gas lacrimógeno. Hay 5 heridos de bala.
La ciudad aimara de Juli, al sur de la ciudad de Puno, fue escenario de un nuevo enfrentamiento entre comuneros y militares del Ejército Peruano, en el marco de las protestas que exigen la renuncia de Dina Boluarte. Indignados porque sus paisanos fueron reprimidos en la capital, cientos de aimaras de dicha localidad se movilizaron este sábado 4 de marzo para pedir que los efectivos del Ejército y de la Policía Nacional se retiren de la zona. Asimismo, las fuerzas del orden fueron acusadas de ser las responsables de las muertes registradas en Puno y otras regiones del país. Con arengas, los pobladores advertían que la presencia de los agentes es una ofensa después de todo lo que sucedió en Juliaca, Ilave y Carabaya.
Los manifestantes bajaron desde el centro de la ciudad hasta lo que hace años era un hotel de turistas, muy cerca de la orilla del lago Titicaca, en cuyo interior estaban acantonados decenas de militares. Los uniformados, al verse rodeados, abrieron fuego durante casi media hora.
“Han reprimido a nuestros paisanos. No queremos que estén acá. Para nosotros, es una ofensa. Encima que les dan bono después de matar a peruanos, ahora quieren someternos. Eso no lo vamos a hacer y no lo vamos a aceptar de ningún modo. Que se vayan. Acá las rondas campesinas son más efectivas. Se tienen que ir. Nunca hemos necesitado de militares. Esos no producen nada. Que se vayan”, aseguró Nilo Colque, dirigente de la ciudad de Juli.
Al menos 12 militares fueron rodeados y retenidos por casi una hora en la plaza de Armas de Juli. Los uniformados dialogaron con los comuneros y les explicaron que ellos tampoco están de acuerdo con militarizar Puno, pero la orden viene del más alto nivel gubernamental. Además, se quejaron del maltrato de sus superiores por la diferencia en la alimentación y propinas. Habrían confesado, asimismo, que si los trajeron hasta Juli, fue para 'romper' las huelgas, según narró Colque. Tras escuchar esa versión, los aimaras dejaron libres a los detenidos, quienes precisaron que por cada acción que ejecutan sus superiores tienen más bonos.
El momento más tenso ocurrió cuando un helicóptero bombardeó con gas lacrimógeno la ciudad de Juli para dispersar a los pobladores. Paralelamente, unidades blindadas se movilizaron desde Pomata. Entre las 12.00 horas y las 14.30 horas, en Juli se vivió en medio de disparos ejecutados por el Ejército.
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Los comuneros acordaron que después de lo sucedido sí o sí el personal del Ejército y de la Policía Nacional tienen que retirarse de la zona porque su presencia es provocativa, ya que representan a un Gobierno al cual rechazan y es ilegítimo.
“Nos vamos a unir más. Pero esto no se va a quedar así. Estamos pidiendo apoyo a todas las comunidades. Pero sí o sí se van. No los queremos. Esto no va a parar. El Gobierno no nos va a arrinconar”, aseguró a La República, Marcelina Quispe Toro, de la zona lago de Juli.
La Red de Salud de Juli informó que se registraron cinco heridos. Estos fueron identificados como Julia Mamani Anchapuri (62), Sofía Montura Llanqui (42), Mauro Córdoba Calla (47) Pastor Callacondo Ticona (48) y Sabino Fernández (73). Todos presentaron heridas de bala.