Greiss Quinto, la futura ingeniera que busca medir la calidad del aire con organismos naturales
La estudiante de Ingeniería Ambiental, hija de un profesor de Biología y Química, se interesó por el cuidado de los ecosistemas desde muy pequeña. Al terminar el colegio, ganó una beca para estudiar en la Universidad Nacional de Huancavelica.
Greiss Quinto Mendoza solía participar en las ferias de ciencias de su colegio, donde destacaba con sus novedosas propuestas para el cuidado de los recursos naturales. En una oportunidad, su proyecto de reutilizar el agua fue ganador y viajó a Lima para representar a su región.
“Siempre me esforcé en mi colegio y cuando lo culminé yo quería estudiar otra carrera y seguirla en Lima, pero no pude lograrlo ante los pocos recursos económicos de mi familia. Me sentí muy triste porque tuve que replantear mis planes. Sin embargo, yo creo que todo sucede por algo, porque ahora sé que esta es mi vocación, que me permite ayudar a muchas personas”, recordó Greiss.
La joven nacida en Huancavelica, siempre destacó académicamente en la escuela y gracias a ese esfuerzo logró obtener la Beca Hijos de Docentes del Pronabec. Con este apoyo, se convirtió en alumna de la carrera de Ingeniería Ambiental y Sanitaria en la Universidad Nacional de Huancavelica. Sus dos padres son docentes del único colegio rural del centro poblado Silva, ubicado en el distrito de Acoria, provincia de Huancavelica.
“Fue en plena pandemia que logré ser beneficiaria de la beca. Llegó a mi vida en el momento oportuno y significó un gran apoyo. Me permitió estudiar sin mayor apremio y ahora estoy a punto de concluir mi carrera profesional”, comentó Greiss.
Fue en una clase de su universidad cuando Greiss se enteró de que existen organismos naturales con los que podíamos medir la calidad del aire que respiramos. En ese momento, ella supo que debía aplicar esta investigación en su región.
“En mi ciudad no suelen realizarse monitoreos de calidad de aire porque son muy costosos, pero la propuesta que tengo es muy económica y será de mucho beneficio”, explica la estudiante del décimo ciclo.
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Los organismos con los que ahora trabaja Greiss se llaman líquenes, una fusión entre los hongos y las algas, los cuales actúan como bioindicadores naturales de condiciones atmosféricas y de contaminación. Crecen en ramas y arbustos, y pueden ser encontrados en superficies.
“Los líquenes captan tanto los nutrientes como los contaminantes de la atmósfera, y son muy sensibles a los cambios en su entorno. Al recolectarlos, ver cuántos hay, de qué tipos, entre otros datos, se determina el Índice de Pureza Atmosférica que existe en el ambiente. Es decir, de esa manera sabré si el aire de mi ciudad está contaminado o no”, detalla.
El próximo paso consiste en enviar las muestras de los líquenes a laboratorios, donde se evalúe la concentración de mercurio, plomo y arsénico que puede existir como producto de la absorción de contaminantes en el aire de la ciudad de Huancavelica.
“De acuerdo a los especialistas, cuando las personas están expuestas a metales pesados experimentan dolor de cabeza, irritabilidad e incluso problemas psiquiátricos”, añade la becaria.