Dueños de Credisur lavaron US$ 3 mlls de minería ilegal
Lavado de activos. En 2003, la familia Vera recibió de un traficante de oro esa cantidad. Monto sirvió para comprar y vender propiedades. También ocultaron el origen del dinero bajo la fachada de Coopac Credisur.
Por Roberth Orihuela
Los socios y representantes legales de la Cooperativa de Ahorro y Crédito (Coopac) Credisur afrontarán un nuevo proceso judicial por el presunto delito de Lavado de Activos. El 11 de agosto pasado, la fiscal especializada en Lavado de Activos y Pérdida de Dominio, Carol Cuba Peralta, presentó el requerimiento de acusación contra todo el clan Vera ante el Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
Los principales implicados son los hermanos René y Fredy Vera Carbajal, sus esposas, hijos, primos y hasta amigos familiares y trabajadores. Según la tesis fiscal, la familia Vera creó dos empresas y la Coopac para lavar el dinero que obtuvieron a través de un empresario relacionado con el tráfico ilegal de oro a través de la compra de inmuebles y el préstamo de dinero, entre ellos y a terceros.
El origen del dinero
Entre enero y diciembre del 2003 -según la fiscal- René Vera recibió US $ 3 millones 099 mil de la empresa Universal Metal Trading SAC, propiedad de Jorge Marino Zavaleta Vargas. Este empresario fue vinculado al tráfico de oro ilegal. En 1998 lo sentenciaron por Defraudación Tributaria, debido a que falsificó comprobantes de pago de la supuesta compra de oro a pequeños productores del sur del Perú, para hacer pasar el metal precioso como legal.
En el 2002, René Vera entabla relaciones con Universal Metal Trading SAC y crea una cuenta en el Banco de Crédito del Perú (BCP). Zavala Vargas emite cheques a nombre de René Vera, Felix Valois Pacheco Pacheco y Wilmer Apaza Pacheco. René Vera recibió casi tres millones de dólares. Retira el dinero del BCP y cierra la cuenta en octubre del 2004. El saldo, se presume que Pacheco y Apaza lo cobraron como comisión por su servicio.
La fiscal recalca en este punto que existe un desbalance entre los ingresos de René Vera, puesto que él registraba ganancias promedio de S/ 25.000, cuando empezó a recibir US $ 242.568 mensuales.
Empieza la bonanza
Desde entonces, René Vera y su familia tuvieron una larga bonanza. Compraron casas y otras propiedades. Primero a través de su madre Blanca Rosa Carbajal Vda. de Vera, luego a través de las empresas Magenka SCRL y Fredy & René Asociados SAC —que crearon exclusivamente para este propósito—. Y finalmente con su casa de préstamos Créditos del Sur SAC y la Coopac Credisur. Ambas funcionan en el mismo local y hasta comparten clientes.
La fiscal señala que el dinero fue usado para comprar inmuebles. En algunos de ellos construyeron edificios de departamentos, que vendieron a terceros. Este dinero de la venta les permitió acrecentar su patrimonio y seguir comprando más bienes. Además, daban préstamos a personas que entregaban como garantías sus casas o carros, pero con intereses altísimos que muchas veces no lograban pagar. Con esto, los Vera se hacían de más propiedades.
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Además, la fiscal señala que con el fin de evitar la identificación del origen ilegal del dinero, su incautación o decomiso, crearon la Coopac Credisur. “Con eso buscaban dificultar el rastro del dinero, ya que los bienes pueden venderse y adquirirse otros, y así sucesivamente, con los que cada vez es más difícil localizar el origen de los activos blanqueados”, añade Cuba Peralta.
La fiscal también sustenta que todos conocían el origen ilegal de los fondos y que “provenían de una actividad criminal idónea para producir ganancias ilegales”. Para ello usaron su parentesco, amistad y lazos de confianza, pues se trataba de una familia y amigos, que ayudaron a lavar el dinero.
Un ejemplo claro de esto es una casa que la matriarca de los Vera compró en la calle Misti, en el distrito de Yanahuara, en el 2007. Allí construyeron un edificio de 4 pisos que luego se subdividió entre los hermanos Vera, sus hijos y sobrinos. Al final todo el edificio lo vendieron como departamentos. Por esto ganaron casi S/ 3 millones.
Otro inmueble fue comprado en el 2003 por la abuela de los Vera, Blanca Rosa Carbajal Chuquicondor, en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero por US $ 35 mil. Luego, en el 2016 la propiedad fue dada en donación a los hijos de los hermanos Vera Carbajal.
Y en la calle Pizarro Nº 127, del distrito Bustamantino, los hermanos Vera tenían una propiedad a nombre de su empresa Fredy y René Asociados SAC. En 2007, su madre les hace un préstamos de US $ 133 mil, para lo cual le dan como prenda de garantía el inmueble. En 2009, como no pagaron, la propiedad pasó a nombre de la señora Carbajal Vda. de Vera. Y en 2016, la mujer dona la propiedad a cinco de sus nietos.
Bajo la misma modalidad de compra venta, la fiscal detectó que los Vera adquirieron y vendieron alrededor de 7 inmuebles más entre ellos. Esto sin contar las muchas casas y carros que obtuvieron a través de los préstamos que hacían con la Coopac Credisur, y de las muchas propiedad que compraban con su empresa Magenka SCRL.
La fiscal pide 12 años y ocho meses de prisión para René Vera Carbajal, y para el resto de su familia y amigos 10 años y cuatro meses de pena privativa. Aún no se ha fijado fecha para la audiencia de control de acusación en el Poder Judicial.
Coopac no tiene socios
En la acusación se detectó que la Coopac Credisur contaba con algunos cientos de socios, pero ninguno tenía un sol ahorrado. Según sus testimonios, estas personas acudían a la Coopac Credisur con el fin de conseguir un préstamo de dinero que necesitaban con urgencia. Relatan que alguien les comentó que allí no pedían muchos requisitos, solo que den una prenda en garantía, como sus casas o carros.
Algunos comentan que, como requisito básico, les pedían un sol o cinco soles, para matricularse como socios. En algunos casos, incluso nada. De esta forma, los Vera podían sustentar que estaban prestando dinero a un socio. Aunque este no cumplía con los requisitos básicos de su propio estatuto, que era el pago de S/ 2.400, como cuota de ingreso y el pago de mensualidades de S/ 200. En pocas palabras, Credisur es un cascarón, que usa la figura de cooperativa para ingresar el dinero ilícito e inyectarlo como préstamos a ciudadanos incautos. El caso es que cuando un ciudadano no paga, la Coopac los hipoteca y luego recuperan con creces su inversión en las subastas de estos inmuebles y vehículos.