Diferentes signos pueden advertir un cuadro de autismo en niños, señala especialista

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, calculan que uno de cada 44 niños en dicho país es diagnosticado con el Trastorno de Espectro Autista (TEA). Una cifra considerable y que según el especialista en análisis del comportamiento aplicado y autismo Miguel Ampuero podría ser mayor por los casos no certificados. Señala que es importante un diagnóstico temprano para iniciar las terapias que mejoren las habilidades comunicativas de las personas.

Ampuero explica que el autismo abarca un espectro de condiciones que afectan diferentes áreas del desarrollo: el lenguaje, comunicación, socialización, plano cognitivo, intelectual, en algunos casos motricidad. Se manifiesta de forma diferente en cada persona y en variado nivel.

El especialista indica que el diagnóstico de autismo se hace mediante la observación clínica. Sin embargo, hay signos que pueden advertir a los padres. Uno es la ausencia del lenguaje hablado, que puede observarse a partir de los 18 meses hasta los 26 meses de vida del niño.

Otros signos van con diferentes condiciones de desarrollo y se pueden notar desde los 15 meses de vida. Por ejemplo, la ausencia de contacto visual, el hiperenfoque en objetos en vez de personas, la ausencia de interacciones tempranas. Empero, estos signos deben ser ratificados por un especialista. Añade que la introversión o una habilidad especial no implica necesariamente tener autismo.

Mejorar la comunicación

El diagnóstico temprano servirá para iniciar una terapia conductual con especialistas, que mejora la calidad de vida de la persona. Ampuero recuerda que el autismo se lleva de por vida y los signos no tratados suelen empeorar con el tiempo: “Hay menos brecha que cerrar si se aborda antes”.

Muchos comportamientos de la persona con autismo están relacionados con sus problemas para comunicarse, por tanto, dice Ampuero, es necesario abordar un sistema de comunicación idóneo. Ello también varía según el diagnóstico y habilidades particulares.

En primer lugar, refiere que, si el niño tiene lenguaje hablado, debe explotarse ello como forma de comunicación. En su ausencia, entran nuevos medios, como los pictogramas, tablets, fotos, señas y tipeo de letras. Cada método se adecúa según la persona.

Ampuero remarca que este sistema de comunicación debe ser completo, es decir, que no solo sirva para pedir cosas, sino para responder. Además, debe considerarse el entrenamiento del oyente, que no abarca solo a padres, sino a maestros e incluso compañeros de escuela.

Considera que es importante que el sistema asuma la educación de niños con autismo para que se les enseñe diferentes habilidades en su inclusión. Se estima que en Perú hay 16.000 los niños con autismo y podrían ser más por los casos no diagnosticados.

Terapias con evidencia

Ampuero sostiene que no existen fármacos para el tratamiento de TEA, que por ahora lo único que ha producido resultados con evidencia es la terapia conductual. Señaló que otros métodos como cámaras hiperbáricas o dietas tampoco han generado resultados.

Aún se sabe poco de las causas específicas del autismo. Ampuero refiere que hay un componente genético, pues se han descubierto pares de genes afectados. Pero queda campo por estudiar, por ejemplo, si bien se presentan algunas diferencias en la fisonomía cerebral, los patrones conductuales son distintos en cada persona. Los CDC señalan que existen otros factores de riesgo, como familiares con TEA o complicaciones en el parto.