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Sociedad

Jefa de Cultura de Cusco y las antiguas asesorías contra el patrimonio

Contrato. Antes de asumir el cargo, Mildred Fernández fue contratada por una asociación de vivienda que ocupa parte del parque arqueológico de Pumarca. Fernández se comprometió a gestionar la habilitación urbana pese a ser zona protegida.

conflicto de intereses.  Directora de Cultura asesoró a  asociación para  hacer  cambio de uso.
conflicto de intereses. Directora de Cultura asesoró a asociación para hacer cambio de uso.

Roberth Orihuela - Alexander Flores

Pumamarca es un sitio arqueológico de factura inca localizado en el distrito de San Sebastián-Cusco, intangible para la habilitación urbana.

El 3 de mayo, Mildred Fernández Palomino -ahora titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura en Cusco- firmó un contrato con la Asociación Pro-Vivienda La Chosita asentada dentro de la zona protegida. En el documento, la arqueóloga se comprometía a asesorar y realizar los trámites correspondientes para que dicha organización obtenga una habilitación urbana dentro de un área protegida. Algo que, en palabras del exministro de Cultura Jaime Castillo Butters, habría sido virtualmente imposible y además antiético. “¿Cómo un arqueólogo podría prometer la depredación de un recinto cultural?”, cuestionó.

Cuando Mildred Fernández firmó el contrato, con honorarios de S/ 6 mil, era una arqueóloga más en Cusco. La profesional asumió la elaboración del expediente para que el asentamiento no tenga la condición de área protegida. Con habilitación urbana, los socios accederían a servicios básicos. Le dieron un adelanto de mil soles.

Sin embargo, un mes después, fue nombrada como jefa de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cusco. Un puesto clave cuya misión es la protección de los recintos arqueológicos.

De acuerdo con Fernández, apenas asumió el cargo rescindió el contrato con La Chosita y devolvió el adelanto. Según ella, asumió el caso, debido a que el exministro de Cultura Alejandro Salas Zegarra se comprometió, mediante un acta del 21 de abril, de revisar la exclusión de asociaciones ubicadas en recintos arqueológicos.

Es ilegal

Al respecto, el especialista, Jorge Sumari Buendía, señaló que lo que la arqueóloga hizo fue un acto ilegal, porque se trata de un “imposible jurídico”. Y de igual forma, la posición política del exministro tampoco tendría validez.

Debían ser denunciados ante el Ministerio Público. Porque los terrenos arqueológicos son inalienables, imprescriptibles e intransferibles. No hay forma de que alguien pueda o quiera generar derechos sobre ellos. Lo que ella hizo es prometer algo que es imposible y que habría terminado en nulo. Y lo mismo hizo el ministro. El Ministerio de Cultura debería iniciar el proceso para desalojarlos de la zona. Y ahora como funcionaria debería inhibirse de cualquier opinión sobre el caso de esa asociación”, añadió Sumari.

De igual forma, el exministro de Cultura Castillo remarcó que hay dos problemas en el accionar de Mildred Fernández. El primero es, que como arqueóloga, nunca debió comprometerse a tramitar un cambio de uso en una zona protegida por el Ministerio de Cultura. “Se supone que para que exista la protección de Cultura ya debió existir un informe técnico. Es decir, no es algo que se pueda revertir porque yo lo pido, y menos si es para depredar los espacios arqueológicos. Y en segundo, ya siendo funcionaria no podría apoyar a esta asociación, porque se trataría de una acción antiética. Esperemos que no persista”, analizó el exministro.

Fernández señaló que ella actuó de buena fe y bajo profesionalismo. Aseguró que la asociación no es una invasión, pues ellos ya estaban instalados en la zona desde el 2008, mientras que Pumamarca fue declarado Parque Arqueológico en 2009.

Manifestó que también desistió del trámite que inició para evitar cualquier conflicto. “Si es que la asociación decide reiniciarlo yo deberé abstenerme y enviarlo a Lima, donde deberán tomar la decisión”, dijo. Añadió que lo que pasa en Cusco es que “hay muchos arqueólogos y profesionales que están coludidos con invasores y traficantes de terrenos, y que promueven la depredación de los recintos protegidos”. Negó que ese sea su caso, pues dijo que sí era posible la exclusión de un recinto arqueológico, siempre y cuando se compruebe que los pobladores fueron afectados por la declaratoria del Ministerio de Cultura.

Luis Castillo: “Se requiere experiencia para Cultura”

Para el cargo de jefe de la Dirección Desconcentrada de Cultura se necesita a personas con experiencia. Lamentablemente, Mildred Fernández era una total desconocida antes de ser nombrada en el cargo. Por esa oficina han pasado profesionales como Ricardo Ruiz Caro, Fredy Escobar o Magda Mateos.

La inexperiencia de ahora se percibe. Se ha rotado a todos los jefes de las oficinas internas de la institución, generando caos. Solo para propiciar el empoderamiento de la informalidad, representada por los conocidos “jaladores”. Para la dirección de Machupicchu se ha retirado a José Bastante, quién estuvo realizando una excelente labor durante años. Solo porque así lo estaban reclamando autoridades y actores de turismo que no se dan cuenta que se podría terminar depredando Machu Picchu en poco tiempo.

La labor del funcionario de Cultura no es hacerle la vida más fácil a la informalidad y la improvisación, sino salvaguardar nuestros recintos culturales para que sirvan a nuestras próximas generaciones.