Sociedad

Lambayeque: PTAR Pampas de Perros es un riesgo para el medio ambiente y la salud pública

La Contraloría detectó una inadecuada operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales: los parámetros químicos y bacterológicos superan los límites máximos permisibles y hay reúso de aguas servidas vertidas en áreas de cultivo.

El equipo auditor inspeccionó el funcionamiento de la planta de tratamiento. Foto: Contraloría
El equipo auditor inspeccionó el funcionamiento de la planta de tratamiento. Foto: Contraloría

Según el Informe 4180-2022 de la Contraloría General de la República, la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (Epsel) realiza de manera inadecuada el mantenimiento y operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Pampas de Perro-Gallito, lo cual no garantiza su correcto funcionamiento, que a su vez genera riesgos de contaminación del medio ambiente y a la salud de la población debido al reúso de aguas servidas vertidas en áreas destinadas al cultivo de vegetales.

De acuerdo al documento de control, la PTAR se construyó en 1998 y se ubica en el centro poblado Ciudad de Dios, en el distrito de San José. El ente de control señaló que los resultados forman parte de la inspección física que realizó el equipo auditor en Pampas de Perros.

La supervisión permitió detectar que el personal no cuenta con el manual de operación, documentación básica (memoria descriptiva y autorizaciones), así como los planos o croquis de la distribución y dimensiones de la PTAR para determinar la altura de lodos generados en las lagunas primarias, secundarias y terciarias.

Esta situación —afirmó— impide tomar precauciones. No se conoce la profundidad total de la laguna y no pueden tomar control de insectos, larvas de mosquitos y la calidad sanitaria de los desagües tratados.

Lambayeque

La Contraloría detectó que las aguas residuales afectan los cultivos. Foto: Contraloría

También se detectó que los parámetros químicos y bacterológicos del efluente (descarga) de la PTAR exceden los límites máximos permisibles establecidos por la norma, lo cual origina el riesgo de contaminación ambiental, que se refleja en los malos olores y afectación de los suelos por la carga orgánica.

Incluso los técnicos de la Contraloría advirtieron que hay riesgo para la salud de la población como consecuencia del reúso de las aguas residuales tratadas en las áreas destinadas para los cultivos.

También se detectó que el efluente de las lagunas de oxidación no cuenta con rejas de retención de sólidos, equipamiento ni registro de calibración para la medición del caudal.