Sociedad

Mario Casaretto, del cuerpo de bomberos, y su historia a 2 años del primer caso COVID-19

Estuvo en primera línea cuando más se le necesitaba. Cuando contrajo el coronavirus fue intubado y pasó 44 días en coma inducido. Fue 2 veces desahuciado, perdió 32 kilos, pero, afortunadamente, no pasó a ser parte de la lista de los 62 bomberos que perecieron en la pandemia.

Mario Casaretto revela que lee su historia clínica de 780 páginas cada día para agradecer a Dios por seguir con vida. Foto: La República / EsSalud
Mario Casaretto revela que lee su historia clínica de 780 páginas cada día para agradecer a Dios por seguir con vida. Foto: La República / EsSalud

Mario Casaretto, jefe de la cuarta comandancia departamental de Lima Centro del cuerpo de bomberos, no dudó un segundo cuando la pandemia llegó al Perú y tuvo que estar en primera línea. Pese a la deficiencia de equipos adecuados, él, como los cientos de bomberos voluntarios del país, estuvieron predispuestos a apoyar a la ciudadanía en la lucha contra la COVID-19 desde que se anunció el primer caso en Perú, el 6 de marzo de 2020.

Sin embargo, a inicios de febrero de 2021, contrajo el virus. Entonces aún no habían llegado las vacunas al país, por lo que enfermó de gravedad y estuvo internado en el Hospital Almenara. Pasó 44 días intubado en coma inducido, fue dos veces desahuciado y bajó 32 kilos de peso. Solo un milagro lo salvaría, afirmaban muchos, y tal vez fue su fe lo que le hizo soportar todo lo que vivió durante esos días.

Estar cerca a la muerte como bombero nunca lo preparó para estar rodeado de gente con coronavirus que fallecía a su lado y pensar que él podría ser el siguiente. “Lo triste históricamente para toda mi vida marcado será ver morir a toda la gente uno por uno. Moría el de la derecha, a la señora de la izquierda la enfermera le quería salvar la vida, le llamó una doctora y le dijo: ‘Déjala, hijita, que en 10 minutos se va a morir’”, cuenta.

No pasó a ser uno de los 62 bomberos que fallecieron por la COVID-19, pero nada hará que olvide los días en el hospital. “Han pasado 2 años, cada día lo cuento, tengo mi historia clínica con 780 páginas que la leo de acuerdo a la fecha. La he venido leyendo y viendo qué me pasaba cada día para saber que hay que darle gracias a Dios”, añade.

El 21 abril de 2021 fue dado de alta y ahora trabaja en la Municipalidad de San Borja como gerente de Seguridad Humana. También pudo volver a los bomberos, que es su forma de retribuir a la vida por una oportunidad más que le ha dado. “Estoy contento de haber vuelto a la vida, de tener a mis hijos, de que mi hija venga de España y esté al costado de mi cama, no la veía 10 años”, sostiene.

Cuando pudo recibir la vacuna contra la COVID-19 se sintió agradecido y exhortó a los peruanos a que también se inoculen. “No saben lo que se sufre o hacemos sufrir a nuestros familiares una vez que estamos con el virus ya contraído. El mensaje es que en esos 45 días más 30 días más de convalecencia y luego seis meses para rehabilitarse, cómo no voy a vacunarme, cómo no voy a prevenir”, manifestó entonces.

Incluso, imploró a su único hermano, que es reticente a la vacuna, a que acuda a recibir el biológico. “Aprovecho la oportunidad para mandarle un mensaje a mi hermano, a mi único hermano, que tiene ese pensamiento antivacuna: ‘Vacúnate, porque yo no quiero perder al único hermano que tengo’”, subrayó.