La valentía de denunciar: el duro y desgastante proceso de una sobreviviente de abuso sexual
Cuando se cuestiona y culpabiliza a las mujeres que sufrieron abuso sexual, denunciar resulta tedioso y revictimizante. Por eso, alzar la voz para que no le ocurra a otra mujer es una decisión difícil pero valiente. A continuación, la historia de una sobreviviente.
Denunciar la violencia de género no es fácil. A Leti le tomó cuatro días animarse a denunciar de manera pública, a través de su Instagram, a Luis Cáceres, ayudante de cátedra de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y extrabajador de TV Perú, por haberla violado y violentado fisicamente el pasado 2 de enero. De manera valiente, ella ha decidido iniciar un proceso judicial en un sistema penal que sigue siendo hostil para las sobrevivientes.
“En ese lapso de cuatro días que me animé a denunciar, yo evalué quedarme callada incluso, pero algo en mí decía que esto no era un caso aislado. Que más mujeres habían sido maltratadas física y psicológicamente por esa persona”, dice Leti.
Y así sucedió. Luego de que su denuncia se hiciera viral en redes sociales, 12 mujeres le escribieron a Leti para contarle que Cáceres había hecho lo mismo con ellas. De hecho, dos sobrevivientes más decidieron sumarse a la denuncia penal iniciada por ella, volviéndose más cercanas y creando lazos de sororidad y contención en sus procesos de sanación y denuncia, pues llevar una acusación sobre violencia de género, en el Perú, es una tarea compleja y desgastante.
“Las personas que te atienden en tu denuncia te desalientan en el camino. Te dicen que va ser muy largo o que ‘vas a manchar la reputación de una persona’. Te revictimizan”, cuenta Leti. “Me responsabilizaron por no acudir con la brevedad que ‘se requiere’ y que por mí culpa él estaba suelto”, añade.
Reconocer la violencia y acudir a una comisaría para denunciar violencia de género, sea abuso o acoso, no es un proceso inmediato para muchas sobrevivientes. Hay a quienes les lleva varios días, meses o incluso años hacerlo.
“Es un estado de shock, no solo por lo que te paso, sino por lo que está por venir, como el conseguir abogado o pensar en cómo te van a tratar en la comisaría porque sabes que hay machismo en ellas”, dice Leti.
Leti asegura que le hicieron preguntas de índole privada que no eran relevantes para la denuncia, como preferencias sexuales o la ropa que llevaba puesta el día que vio a Luis Cáceres.
Si bien el Centro de Atención a la Mujer (CEM) ha mostrado su apoyo a Leti con la denuncia, el camino sigue siendo muy tedioso y cuesta arriba para ella, pues las pericias psicológica que le harán están programadas para dos meses después del día que realizó la denuncia, por lo que aún no puede recibir ayuda.
Esto se debe a que hay una sobrecarga laboral en el sistema de denuncias. Un informe del Ministerio de la Mujer señaló que durante el 2020, entre enero y julio, se han atendido 12.054 casos de violencia sexual, de los cuales un 94.4% pertenecen a mujeres. Por otro lado, a pesar de que existe un marco normativo que regula la articulación entre el Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Justicia para la asistencia técnico legal gratuita hacia las víctimas de violencia, la Defensoría del Pueblo informó que un 72% defensores públicos no articula con los CEMs, y el 50% de los que sí coordinaban señaló que la coordinación era entre regular y mala.
A pesar de ello, Leti está dispuesta seguir la lucha. “Me motiva que ninguna otra chica más pueda pasar por las manos de esta persona, pero sí fue un golpe un poco duro cuando la denuncia sale en los medios de comunicación y leí los comentarios. Da asco ver cómo responsabilizan a la mujer”, confiesa.
Ella resalta que el apoyo que recibió de espacios feministas como Mujer Dispara, Paro Colectiva y el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán le han dado fuerzas en seguir este proceso. “Muchos piensan que hacer una denuncia pública es muy sencillo, pero es todo lo contrario(...). Cuando vemos una denuncia pública les preguntamos si podemos compartir su denuncia, les decimos que es muy valiente lo que están haciendo y les enfatizamos que no dejen de denunciar. Aunque parezca que es muy básico, es algo que es importante recalcar”, menciona una representante de Mujer Dispara.
El camino para la Leti y las demás sobrevivientes de Luis Cáceres no se perfila sencillo. Están en el inicio de una larga lucha que defienden con su fuerte esencia, a lo que ellas le llaman ‘raíz’. “Pase lo que pase. De todo los que nos pudo hacer, él no va destruir nuestra raíz, lo que somos, quiénes somos. Nuestra fortaleza continua para enfrentar todo lo que viene”, concluye.
Raíz por C.C.. Ilustración de Andrea Balbuena
Canales de ayuda
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.
Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).