La batalla de Haydee por convertirse en la heredera de Moisés Mamani, excongresista de Fuerza Popular
Haydee Inés Mamani Ramos fue la hija que Moisés Mamani, exparlamentario de Keiko Fujimori, no quiso reconocer. La presión mediática lo obligó a cambiar de opinión. Mamani murió en agosto de 2020 y Haydee da pelea para que la reconozcan como heredera.
Haydee Inés Mamani Ramos tiene 24 años. Su padre es el extinto excongresista Moisés Mamani Colquehuanca. Desde su nacimiento, su progenitor no se hizo cargo de ella. Pese a que la reconoció en el municipio de San Román-Juliaca, no le brindó cariño paternal ni apoyo económico para sus estudios. Con la muerte de Mamani, víctima de la COVID-19, espera que la declaren heredera legal por ser hija única. La ley la ampara.
La República ubicó esta semana a Haydee Mamani en Juliaca. En el cementerio central de esta ciudad están enterrados los restos del exparlamentario fallecido en agosto de 2020. En la misma aparecen las tumbas de su hermano Elías Mamani y su padre Clemente Mamani, también víctimas de la pandemia.
“Acá está enterrado mi padre. Me pregunto: ¿para qué sirvió tanto poder, dinero y al final ha terminado como un ciudadano normal bajo tierra”, dice a modo de reclamo.
Sobre la tumba de Mamani yace un balde con flores colocadas semanas atrás por Haydee. Luego de persignarse hace catarsis sobre la conducta familiar y pública de su padre y lo que espera del Poder Judicial.
En la década del noventa, Mamani convivía con Gregoria Ramos Alejo. De esa relación nació Haydee. Aquellos episodios de abandono, ella los recuerda con dolor y pena.
“No sé por qué mi papá me ha negado tanto. (…) A pesar que tenía poder y dinero no me apoyó en mis estudios. Yo no quería una casa, solo que pague mis estudios”, dice. Por falta de recursos económicos abandonó su carrera de Farmacia en la universidad Andina Néstor Cáceres Velasquez. Ironías de la vida, Moisés Mamani era proveedor de dicha entidad académica con millonarios contratos.
El abandono de Mamani a su hija se reveló cuando este era congresista por Fuerza Popular. Primero la negó, pidió una prueba de ADN para reconocerla. Dejo a entrever que no era su hija. “Me dolió bastante, pero no me sorprendió. Él era capaz de todo para salir bien librado”, cuenta mientras coloca flores en la tumba de su padre.
Escándalos
En Fuerza Popular, Mamani descolló por sus escándalos. Llegó al Congreso sin haber pisado la escuela. Falsificó certificados de estudios para adjuntarlos en su hoja de vida. Fue pieza clave para desembarcar a Pedro Pablo Kuczynski de la presidencia. Grabó conversaciones, los “Mamaniaudios”, en donde ministros ofrecían obras a congresistas a cambio de no votar por la vacancia presidencial. Debelado el escándalo, PPK dimitió.
“Mi papá tuvo poder y se le fue de las manos. No supo administrarlo”, dice. También lo acusaron de tocamientos indebidos a una aeromoza de una aerolínea y luego celebrarlo en un video pronunciando la frase: “esta es la mano zas”.
“Me sentía mal, sentía lástima. A pesar que tenía dinero, se hacía odiar. Como puneño no fue un buen ejemplo. Malo que bueno era mi papá. Se siente feo que a tu papá lo estén choleando cada rato. Él se lo ha conseguido”, remarcó.
Nuevo Vía Crucis
Haydee dice haber perdonado a su padre. Quien le hace vivir un vía crucis es el juez Abel Ambrosio Aurazo del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Lince en Lima. Pese a ser la única hija de Mamani, el magistrado no la declara heredera legal de los bienes de Mamani. El excongresista tuvo otro hijo fallecido hace más de 15 años.
La demanda es para que la declaren heredera formal por sucesión intestada de los bienes del padre. Haydee Mamani sostiene que hay personas interesadas en disponer del patrimonio.
Indicó que busca heredar no por ambición sino por reivindicar lo que legalmente le corresponde y retomar los estudios que su padre le negó cuando estaba en vida.
Los bienes del exfujimorista no son pocos. Fue un empresario del rubro de seguridad. El dinero que acumuló le permitió postular al Congreso y a la vez financiar la campaña de Keiko Fujimori en Puno.