Los minutos de pánico y terror que provocan los pirotécnicos
Los niños con autismo y personas con hipersensibilidad auditiva perciben el ruido de los productos pirotécnicos con mucha más intensidad, lo que les provoca diversos cuadros de crisis y sufrimiento.
Llegada la medianoche de este 24 y 31 de diciembre, como es de costumbre, el cielo se ilumina con incalculables explosiones de artefactos pirotécnicos. Lo que para muchos es un momento de celebración y distracción para otros son minutos de terror y ansiedad.
Momentos de terror
“Cuando Jimmy tenía 11 años, estábamos en una reunión en casa. Él dormía en una habitación, cuando empezaron a sonar estos cohetones. Se despertó perturbado, porque no sabía lo que estaba sucediendo y se tapó las orejas para protegerse. A pesar de ello, se reventó el tímpano y comenzó a sangrar. Así estuvo durante dos días y lo tuvieron que operar”, narra Milagros Huamán Lu, cuyo hijo es una persona con el Trastorno de Espectro Autista (TEA).
Milagros Huamán junto a Jimmy. Foto: Virgilio Grajeda / La República
Huamán Lu, excongresista y directora de la asociación Soy Autista y Qué?, cuenta que su hijo, quien ahora tiene 20 años, al igual que muchas personas con autismo, nació con problemas sensoriales, siendo el “oído inmaduro” una de sus características.
“Todos los sonidos los escucha a la vez y en decibeles más altos de lo que podría tolerar cualquier otra persona que no tiene autismo”, menciona.
Según Jaime Flores Ríos, tecnólogo médico en Terapia Ocupacional, la mayoría de niños con autismo y otras personas con hiperreactividad auditiva, como quienes tienen problemas de salud mental, “perciben los sonidos de forma mucho más intensa”.
Para entenderlo, vale precisar que el sonido se mide en decibeles. De acuerdo con el especialista, una conversación se puede dar entre 40 o 50 decibeles, mientras que el tránsito normal de vehículos, entre 80 o 90. Esta última cifra es el límite para no desencadenar algún tipo de daño auditivo.
“La exposición a ruidos permanentes por encima de 90 decibeles puede causar daños permanentes a nivel auditivo. Por ejemplo, los conciertos de música, las discotecas, las moledoras, los taladros y otras herramientas van por 110 o 120 decibeles”, continúa.
Sin embargo, los ruidos mencionados son menores a los que producen los artefactos pirotécnicos, ya que estos varían entre 140 y 185 decibeles.
Pero eso no es todo. El oído humano tiende a demorar 10 centésimas de segundo para activar su mecanismo de protección ante el sonido. Esta velocidad es superada por la explosión de un producto pirotécnico, ruido que arriba al receptor en una centésima de segundo.
“El sonido de la pirotecnia llega de forma intempestiva y el oído no tiene tiempo para prepararse. [...] Esta exposición de sonidos causa en muchas personas con hiperreactividad auditiva respuestas de miedo, ansiedad. Los niños con autismo corren, se encierran, lloran y entran en crisis porque no pueden autorregularse ante tanta demanda de estímulo auditivo que hay en el exterior”, indica.
Como consecuencia de ello, según menciona Flores Ríos, en algunos casos pueden registrarse perforaciones en el tímpano, zumbidos. “En otros casos, algún otro sistema sensorial podría verse afectado”, añade.
De acuerdo al Ministerio de Salud, el 95% de niños con autismo sufre con la pirotecnia y atraviesa dramas similares al que narró Milagros Huamán sobre su hijo Jimmy, quien usará este año audífonos aislantes del sonido para protegerse de las bombardas de medianoche.
Lima sin pirotecnia
Tal como sucedió el año pasado, la Municipalidad de Lima desarrolla la campaña de sensibilización Lima sin Pirotecnia, cuyo objetivo es evitar que se usen los artefactos explosivos porque afecta a poblaciones vulnerables ante sonidos fuertes, así como al medioambiente.
Uno de los principales promotores de esta campaña es el regidor Carlo Angeles, quien en octubre de este año presentó un proyecto de ordenanza que empuja a la comuna limeña a conseguir una verdadera ciudad sin pirotecnia.
El último 30 de noviembre, a raíz de su propuesta, la Municipalidad de Lima aprobó, a través de la Resolución de Gerencia n.° 134-2020, la directiva interna que prohíbe el uso de pirotécnicos en sus actividades institucionales.
Asimismo, también se dispuso la realización de acciones de educación y sensibilización sobre los peligros y daños por el uso de productos pirotécnicos.
“Con esta ordenanza no nos hemos enfocado en la prohibición de la pirotecnia, ya que la Ley Sucamec (n.° 30299) no nos lo permitiría, pero sí ir sobre la regulación y la desincentivación del uso de estos productos. Un punto de partida que identificamos es que nosotros, la Municipalidad de Lima, no hagamos uso de pirotécnicos en sus espectáculos institucionales”, comenta el regidor.
Si bien el municipio metropolitano dio un primer paso, aún permanece en debate la segunda etapa del mencionado proyecto de ordenanza: la prohibición de espectáculos pirotécnicos a 200 metros radiales o lineales de hospitales, centros geriátricos, colegios y zonas de alto índice de adultos mayores.
“Parte de esta ordenanza, que aún está en debate, es que se pueda establecer un trabajo articulado con los 42 distritos de Lima Metropolitana. De esos distritos, hay 11 que ya tienen algún tipo de regulación interna en torno a la pirotecnia. Eso significa que aún faltan 31 distritos sin ningún tipo de regulación”, añadió Carlo Angeles.
Finalmente, el regidor aseveró que este año no debería haber pirotécnicos, ya que estos solo son vendidos en ferias autorizadas por la Superintendencia Nacional de Control de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), y que, debido al estado de emergencia en el país por el coronavirus, no se contempló la realización de estos espacios comerciales como parte de la reactivación económica.
Afiche parte de la campaña de la Municipalidad de Lima.