Fin de la cuarentena: las imágenes que nos deja Lima y testimonios de lo que se espera de la nueva convivencia social
Este 1 de julio Lima amaneció sin cuarentena, luego de más de cien interminables días. ¿Estamos preparados? ya vimos un adelanto de lo que nos espera. Hagamos un repaso visual de una capital deshabitada y su inminente regreso al caos en tiempos de coronavirus.
La emblemática Plaza de Armas, el variopinto Jirón de la Unión, la Plaza San Martín, el Circuito Mágico de las Aguas, el Parque de la Exposición, la imponente Costa Verde o el místico cerro San Cristóbal. Todos echábamos de menos estos espacios cotidianos, donde muchos tienen alguna anécdota que contar. Desde mañana podremos volver a visitarlos, pero bajo las reglas impuestas por el COVID-19. ¿Cómo será o debería ser esta nueva convivencia social?
“Como fotógrafo extraño trabajar en la Plaza de Armas”
La Plaza Mayor es una de las más bellas de Sudamérica y un lugar obligado de visita para las familias y turistas. Se une con la Plaza San Martín a través del Jirón de la Unión. Rosario Tantaruna Torres (74) conoce muy bien esa ruta, pues ha trabajado 49 años en ambas plazas como fotógrafo. Tanta, como le dicen sus amigos, está listo para regresar, pero aún lo envuelve la incertidumbre.
“Extraño todo, pero lo más importante es trabajar. También a los colegas y muchos clientes que venían a visitarnos. El regreso va a ser difícil, pero debemos acostumbrarnos al uso de mascarillas y la distancia. De todos modos tengo ilusión por ver la plaza con gente. No es la primera vez. En la época del alcalde Alberto Andrade cerraron la Plaza Mayor once meses y en el gobierno de Alan García solo nos dejaban ir los domingos”, recuerda en su casa del asentamiento humano Flor de Amancaes, en el Rímac, mientras revisa su álbum personal.
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Las Costa Verde: un espacio para conservar
Benoit Clemente Rothfuss (38), más conocido como Piccolo Clemente, es uno de nuestros reyes de las olas. En los Panamericanos Lima 2019 le regaló al Perú una medalla de oro en la modalidad de longboard. Como todos, también se sorprendió gratamente al ver que la Costa Verde, sin gente durante todo este tiempo, mostró playas mucho más limpias e incluso con el retorno de aves a la zona. Si bien el verano aún no asoma, cuando lo haga, deberíamos hacer algo por que la situación no se revierta. "La Costa Verde es un lugar donde yo he practicado surf desde niño. Cuando volvamos debemos hacerlo con mucha responsabilidad. Tenemos que cuidar nuestro medio ambiente, conservar lo nuestro, darle ejemplo a nuestros hijos", enfatiza.
Mario Valencia: “Vía Crucis por streaming en el Bicentenario”
En el cerro San Cristóbal, entre San Juan de Lurigancho y el Rímac, la neblina le da un ambiente aún más místico al lugar. Allí, en la cruz de unos 20 metros de alto, Mario Valencia Rivadeneira (62) se ganó a punta de sudor y latigazos el apelativo de Cristo Cholo, al recrear por más de cuatro décadas el vía crucis. Ahora, sentado afuera de su casa en Comas, con mascarilla, reflexivo, Mario sabe que esas jornadas repletas de gente y fe ya no son posibles.
“El San Cristóbal es el lugar más preciado para mí. 42 años (suspira). Fue un desafio tremendo, nunca pensé hacer de esa cumbre el cerro milagroso de Lima. Ya no nos permiten subir, pero para el Bicentenario podrían dejar que mi grupo teatral Enmanuel recreara, solo nosotros, y transmitirlo vía steaming para el pueblo”, sugiere.
Mario, quien se recupera de una caída que le fracturó varias costillas, recuerda que la primera vez que hizo esta ruta religiosa. "En los años 80 la zona estaba llena de terroristas, pero yo sentía que la cruz me jalaba como un imán, caía y caía, pero me levantaba y seguí hasta el final".
Milagros, conductora del Metropolitano: “Lima no puede parar”
La Vía Expresa del Paseo de la República no solo conecta varios distritos de Lima, sino que en su recorrido incluye escenarios turísticos como el Circuito Mágico de las Aguas o recintos que llenaron de orgullo al país como el Estadio Nacional, donde se cristalizó nuestro retorno a un mundial de fútbol luego de 36 años. Por allí circula también el Metropolitano, servicio donde Milagros Espinoza Cabañas labora como conductora.
"A nosotros los operadores de los buses nos tocó trabajar en medio de esta emergencia y lo hacemos para que Lima no pare. Sabemos que cuando acabe esta pandemia no todo volverá a ser como antes, pero debemos tener conciencia de usar siempre la mascarilla y mantener la distancia. Hacer lo que hay que hacer", resalta.
"Una de las experiencias más bonitas que me ha tocado es que mi ruta pasaba cerca del colegio de mi hija. Yo como madre sabía que a la salida ella me iba a subir", se emociona.
Don Tanta, Piccolo Mario y Milagros saben que la ciudad nos espera con nuevas reglas. No caigamos en el sálvese quien pueda, sino en la conviviencia social donde prime la protección mutua. Depende de cada uno de nosotros.