La muerte de un líder que golpea a la comunidad Shipibo-Konibo
Enterado que pobladores de su distrito se habían quedado varados en Pucallpa, el alcalde del distrito de Masisea (Ucayali), Silvio Valles Lomas, salió en busca de ellos para entregarles alimentos. Así se contagió por el coronavirus y falleció por la falta de oxígeno.
La muerte por coronavirus del líder shipibo-konibo Silvio Valles Lomas deja en evidencia la enorme vulnerabilidad de las comunidades nativas. El fallecido burgomaestre de Masisea (Ucayali) -la primera autoridad edil peruana abatida por la pandemia- se contagió cuando distribuía ayuda a las poblaciones más expuestas de su jurisdicción.
De acuerdo con familiares y amigos de Valles, no obstante su condición de alcalde, no encontró oxígeno para superar la insuficiencia respiratoria en el Hospital Amazónico, en Yarinacocha.
La distancia, la falta de ingresos económicos, la exclusión hacen que la epidemia tenga más hondos efectos en las comunidades indígenas que en otras partes del territorio nacional.
Para el presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), Lizardo Cauper Pezo, integrante del pueblo shipibo-konibo, la desaparición de Silvio Valles es una muestra de la indiferencia con que las autoridades tratan a las comunidades nativas del país.
“Hay un total abandono por parte de las autoridades para con las comunidades nativas en el tratamiento de la pandemia del nuevo coronavirus. No vemos la reacción de parte del Estado central ni regional a favor de los nativos. Todo este abandono se ha visto reflejado en la muerte de nuestro hermano Silvio Valles”, dijo Cauper.
“No tenemos puestos de salud, no hay médicos y las medicinas no son abastecidas en las comunidades. Los nativos con coronavirus ven cada uno de qué manera curarse. En mi caso lo hice con medicina natural y científica", explicó.
Comunidades a su suerte
Lizardo Cauper ya se encuentra en el día 12 del coronavirus y asegura que tampoco recibe ayuda: “Estoy contagiado, y a pesar de haber pedido que se me atienda como a cualquier ciudadano, solo nos llaman para saber cómo voy. Las autoridades regionales no lideran, no están preparados para garantizar el sistema de salud entre la gente de la Amazonía. La burocracia, la falta de medicamentos y de oxígeno es más notoria en las zonas nativas, y es por estas carencias que el alcalde Silvio Valles ha sido vencido por el coronavirus”, apuntó el dirigente nativo.
Contador público de profesión, Silvio Valles nació en la comunidad nativa de Vista Alegre de Boca del Pachitea, en el distrito de Masisea, hace 43 años. Durante su vida de estudiantil fue becado durante dos años por la Asociación Amazónica de Suecia, una ONG que apoya proyectos indígenas. Silvio Valles participaba en la defensa del medio ambiente.
Su buen desempeño en su vida estudiantil fue recompensado cuando fue llamado a ocupar la Dirección del Instituto Regional de Comunidad Nativa de Desarrollo, del Gobierno Regional de Ucayali, desde donde promovió la creación de la Gerencia de Desarrollo de Pueblos Indígenas en el gobierno regional de Ucayali.
En el 2018 se presentó como candidato para alcalde del distrito de Masisea logrando alcanzar el sillón municipal. Fue el primer alcalde Shipibo-Konibo en Masisea en los 150 años que lleva de creado el distrito.
Desde su cargo como burgomaestre fue impulsor de foros regionales. En el 2019 logró que Masisea fuera la sede del Primer Encuentro de Embajadores y Ministros en la Amazonia por el Cambio Climático.
“Para Silvio Valles fue un reto personal convertirse en el primer alcalde de su pueblo. Fue un hombre humilde y trabajador, con vocación de servicio, muy desprendido y que no buscaba lucro ni bienes personales”, lo describió el periodista ucayalino Cecilio Soria Gonzales, con quien trabajó en el área de comunicaciones de la alcaldía de Masisea y que además era amigo personal de Silvio Valles.
Quebrado de dolor
En febrero pasado, cuando el río Ucayali se desbordó y afectó a la población de su distrito, Silvio Valles y su equipo tomó la decisión de llevar alimentos a las zonas afectadas. A esa actividad estaba dedicado cuando el coronavirus llegó al país y se declaró el estado de emergencia y la inamovilidad.
“Cuando el gobierno decretó la transferencia de los fondos económicos para alimentos, repartimos en todos los pueblos y caseríos, solo nos faltaba uno, Saweto, que es el lugar más alejado, en la frontera con Brasil. Estábamos gestionado un helicóptero con el Ministerio de Cultura para el traslado de las canastas. Ahí nos enteramos que residentes de Masisea estaban varados en Pucallpa. Silvio los fue a buscar llevándoles canastas de alimentos. Así se ha contagiado, repartiendo solidaridad y comida a los de su pueblo Shipibo-Konibo. Al regresar comenzó a sentirse mal, creyendo que era dengue. Fue algo peor", señaló Cecilio Soria.
“Al volver a Masisea lo vi mal y lo llevamos de emergencia a Pucallpa, pero fue renuente de quedarse en el hospital y lo volvimos a llevar a su casa, donde lo atendió personal médico particular. Al tercer día se agravó, no podía respirar”, manifestó Cecilio Soria.
“Hicimos todas las coordinaciones con el Hospital Amazónico de Contingencia del Covid para que a su llegada tuviera oxígeno. Por eso fue traslado desde su casa en Masisea hasta ese hospital, pero resultó que no había oxígeno. Recién a las 6 y 30 de la mañana logramos que lo aceptaran en el hospital de Essalud de Pucallpa donde sí había oxígeno. Hablé con el doctor Ángel Gutiérrez (presidente del Comando Regional Covid y vicegobernador de Ucayali) y me dijo que no me preocupara, que estaba viendo el caso de Silvio Valles. Pero resulta que hasta las 10 de la mañana seguíamos esperando que lo trasladen a Essalud. Llegaron las 11 pero entonces comenzó un peloteo entre el Hospital Amazónico y Essalud. Tratamos de llamar a los responsables, pero ya no nos querían responder. Ha sido muy lamentable y eso me duele mucho porque su esposa y yo hemos estado detrás de todo esto. Estamos destrozados”, expresó Cecilio Soria quebrado por el dolor.
Silvio Valles dejó a su esposa Soli Rodríguez y a sus hijos de 15 y 12 años.
La población más numerosa de la Amazonía
El pueblo shipibokonibo habita en Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huánuco y su población se estima en 32,964 habitantes. Es uno de los más numerosos de la Amazonía peruana, según datos del Ministerio de Cultura.
El Ejecutivo asignó 414 mil 191 soles a la Municipalidad Distrital de Masisea para la adquisición de alimentos destinados a las familias vulnerables. Hasta el momento se ha gastado el 56 por ciento del total.