Coronavirus: Miedos y retos (VI)
“ Adam Smith decía: Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no puede salvar a los pocos que son ricos”
César Caro
Escribía en el artículo precedente que la crisis económica y social generada por el coronavirus, obliga a redefinir el rol de Estado, como lo público y lo colectivo frente a lo privado y lo individual, en el marco de la economía social de mercado, al margen de aquellos que han hecho una religión dogmática del actual capitalismo, al cual consideran “perfecto e inalterable” --tal como se puede deducir de un artículo de opinión publicado en El Comercio--, y que la economía por sí sola gracias a “la mano invisible del mercado”, corregirá sus defectos, olvidando que Adam Smith el genial autor de “La riqueza de las naciones”, si bien es cierto opinaba que la economía debe funcionar lo más libre posible, también recalcaba que “donde quiera que haya una gran propiedad, hay una gran desigualdad” y que “no es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés”, y que “no es muy irrazonable el que los ricos contribuyan al gasto público, no sólo en proporción a su ingreso, sino en algo más que en esa proporción”.
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Pero dejando de lado a Smith y a los adoradores impolutos del sistema, cabe señalar que comparto en algo su preocupación por el anunciado “impuesto a la riqueza” por parte del actual gobierno. Porque me temo que el mismo irá por el lado de las riquezas individuales, antes que tocar en algo las ganancias netas de las grandes empresas mineras, algunas de las cuales han seguido y siguen produciendo casi al 90% de su producción, con tan solo entre un 30% o 40% de su mano de obra habitual, lo que hace predecible que en un próximo futuro optimizaran su productividad y por consiguiente sus ganancias, recurriendo a la robotización al máximo de sus procesos. Y donde una lo haga, por efecto domino y la “mano invisible del mercado”, continuarán las demás so pena de ser menos competitivas con el consiguiente riesgo de ser absorbidas.
Y ello llevará a cada vez menos trabajo, por lo que cabe recordar una vez más a Adam Smith, señalando que “Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no puede salvar a los pocos que son ricos”; como también su decir, premonitorio quizás en relación a la “renta básica universal” señalar “que para conseguir los recursos que necesitamos para vivir nuestro día a día, necesitaremos forzosamente una cierta cantidad de dinero”.
De la “renta básica universal” y la forma de financiarla trataremos en el próximo artículo, como también de los cambios que a mi entender son básicos sobre todo en la minería, para enfrentar los desafíos y carencias que han sido puestos en primer plano por la actual pandemia.