Sociedad

El boom de las pesadillas

Sueños. En estos días de encierro general, mucha gente está compartiendo sus experiencias oníricas en las redes sociales, algo que antes no había ocurrido, y muchas son extraordinariamente vívidas y recurrentes.

"Todos estamos en una situación de incertidumbre y estrés. Y en la noche, la experiencia emocional reaparece y se privilegian conflictos diversos o mucho más abiertos."
"Todos estamos en una situación de incertidumbre y estrés. Y en la noche, la experiencia emocional reaparece y se privilegian conflictos diversos o mucho más abiertos."

“Tuve un sueño horrible. Rusia comenzaba una guerra atroz y todo el mundo era afectado, incluso pude sentir la desesperación por la falta de alimentos y un control total de las fuerzas armadas”.

"Tuve un sueño re raro. Ni sé cómo explicarlo. De la luna empezaban a salir fuegos, tipo meteoritos, pero nunca tocaban la tierra”

“Yo soñé que en el agua el gobierno nos ponía algo para que nos olvidáramos que podíamos volar”.

Son tuits auténticos, tomados de entre miles que tuitean cada hora. Nunca los sueños raros y las pesadillas habían sido tendencia, pero, en estos días, la necesidad de la gente por compartir sus vivencias oníricas se multiplicó.

El periodista Marco Sifuentes, quien dio la alerta en su noticiero web #LaEncerrona, también experimentó un sueño raro y nos lo cuenta. “Estaba en una calle, de esas típicas de Lince o Barranco, con las paredes medio descuajeringadas, en un restaurant de comida chiclayana con mesas en la calle. Y todo se demoraba por el virus. Luego llegaba el mozo, uno gordo, y me decía: los gordos vamos a morir rápido por la cuarentena, somos población de riesgo porque, como te resucitan a través de la panza, la grasa impide que resucites bien”.

El periodista ensaya una explicación: “Son cosas que escuché. Alguien me las había dicho en la semana y el mozo (del sueño) más o menos me lo repitió. No es un sueño muy interesante, pero ejemplifica que ciertas preocupaciones se te quedan y haces catarsis en los sueños. Además, lo del restaurante chiclayano, imagino, debe ser porque yo estaba yendo a Perú –Marco vive en España– justo la semana que se declaró la cuarentena y me frustré”.

El neurólogo Darwin Vizcarra, director de Hypnos -Instituto del Sueño de la Clínica San Felipe-, explica la recurrencia de sueños extraños que se vive: “Los sueños son formas en las cuales nuestros sistemas de memoria se activan en la noche. Son básicamente memoria. Y se pueden activar de una forma clara, como que sueñe con esta entrevista en la noche, o también estar intervenidos por un componente distinto –las emociones– que les da este aspecto surrealista que muchos tienen”.

Pero, ¿por qué son ahora tan vívidos? “Primero, porque hay una vivencia emocional (el encierro) que lo está facilitando. Todos estamos en una situación de incertidumbre y estrés. Y en la noche, la experiencia emocional reaparece y se privilegian conflictos diversos o mucho más abiertos. El sueño quita las ataduras a la experiencia mental, racional, y libera esto”.

El especialista señala que hay cambios sustantivos en los hábitos de sueño a raíz de la cuarentena y dice que, entre las cosas que van apareciendo en las consultas, la primera es una disrupción en los horarios del sueño. "Las personas que tenían regularidad en sus actividades, al quedarse sin estas, pierden el ritmo y se levantan más tarde o se acuestan más tarde. Otros hacen siestas que no hacían o dejan de moverse. Y finalmente, lo que complica dormir o mantener el sueño es la activación mental a través de la preocupación o el estrés”.

Por eso, no trate de buscar explicaciones mágicas a ese sueño extraño de anoche: es su cerebro tratando de interpretar sus preocupaciones a su modo poco racional.

Tips de sueño

Mantener rutinas en actividades físicas y mentales, así como la hora de las comidas.

Disminuir la interacción con medios electrónicos, que inhiben las sustancias que promueven el dormir.

Dosificar la información y sólo acudir a fuentes confiables, pero sólo hasta una o dos horas antes de dormir.

Después, una rutina relajante, como la lectura.

Si no se puede dormir por más de 20 minutos, mejor dejar la cama y leer.

Vigilar la cafeína.

También el contacto con los medios de comunicación.

Hacer ejercicios, pero máximo seis o siete de la tarde.