Puno, Ayacucho y Arequipa albergan la mayor cantidad de flamencos a nivel nacional
Según conteo preliminar. A nivel nacional se registraron más de 26 mil flamencos altoandinos. En dos semanas se conocerán las cifras oficiales.
Biodiversidad. Una vez más quedó de manifiesto que las regiones de Puno, Arequipa y Ayacucho gozan de una riqueza animal envidiable. En estas tres jurisdicciones habitan la mayor cantidad de flamencos del Perú. Esto según el conteo preliminar del Censo Simultáneo Internacional de Flamencos Altoandinos.
El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) informó que a nivel nacional se contaron más de 26 mil 500 flamencos. Un total de 16 mil 660 de estos ejemplares viven en la laguna Loriscota, situada en el distrito de Santa Rosa, provincia de El Collao, Puno.
En el ranking le sigue la laguna Parinacochas en la región de Ayacucho, la cual alberga nada menos que 5 mil 468 flamencos. Un puesto más atrás se queda Arequipa. En la laguna Salinas, ubicada en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, se registraron 1 319 de estas aves.
Según la entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Riego, Serfor, en el Perú se pueden apreciar tres especies de flamencos altoandinos: flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi), flamenco andino (Phoenicoparrus andinus) y parihuana común (Phoenicopterus chilensis).
Para conocer la abundancia de esta especie se efectuó el censo en 34 humedales situados en las regiones de Ayacucho, Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno. En simultaneo también se hizo el conteo en los países de Argentina, Bolivia y Chile.
En el censo realizado entre el 01 y 10 de febrero participaron expertos del Serfor y del Centro de Ornitología y Biodiversidad (CORBIDI), con el apoyo de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS). En dos semanas darán a conocer las cifras oficiales.
FLAMENCOS
Los flamencos son aves migratorias conocidas por la coloración rosada de su plumaje. Se alimentan de crustáceos y filtran sus alimentos gracias a la forma particular de sus picos. Las autoridades ambientales consideran vital la vigilancia de esta especie, para proponer estrategias que permitan investigar y preservar sus hábitats.