Puno: Ácora donde la agricultura sí puede ser rentable
Microempresarios agropecuarios de Puno siembran papa y quinua a gran escala gracias a capacitación. Producen para autoconsumo y venta local.
Liubomir Fernández
Jacoba Aguilar Alave (54) es una microempresaria agropecuaria. Cultiva todo lo que le permite la tierra. Es además proveedora de leche para una planta quesera. Sus ingresos son diarios. Atrás quedó su deseo de migrar a la ciudad, abandonando su natal Culta, un centro poblado del distrito de Ácora, al sur de Puno.
Sus paisanos de la comunidad Huaychani, centro poblado de Amparani, también encontraron su futuro laboral en el campo. De producir en pequeñas parcelas, ahora unieron sus terrenos para sembrar papa y quinua a gran escala. Esto es posible gracias a la cosecha de agua en puntos elevados. Ello les permite tener agua por aspersión en las zonas más bajas, donde cultivan.
Estos nuevos emprendedores agrarios y ganaderos pertenecen al proyecto “Innovación y movilización para la seguridad alimentaria”. Este programa es ejecutado por el Centro de Apoyo e Investigación para el Desarrollo Campesino (Cindes) con el financiamiento de la fundación Leger de Canadá.
La República visitó ambas localidades. Los cambios en cada una de las comunidades saltan a la vista. Jacoba Aguilar contó que, a diferencia de años anteriores, hoy tiene educación agropecuaria integral.
Pasó a producir de tres a 17 litros de leche gracias al ganado vacuno mejorado. La venta del lácteo es directa. El cuidado del vacuno y su alimentación lo aprendió del programa. Produce además sus propias hortalizas para consumo familiar. El abono de la tierra es natural. Su trabajo ha mejorado sus ingresos económicos.
En Huaychani el panorama es similar. La cosecha de agua unió a toda la comunidad. En la próxima cosecha esperan colocar papa orgánica en los mercados locales. La repartición será de acuerdo al tamaño de terreno de cada socio. Su propósito está asegurado porque tendrán el líquido elemento todo el año. Ya encontraron técnicas para protegerse de la helada y granizo.
María Guay Cartagena, coordinadora del proyecto, explicó que los campesinos se identificaron con el propósito del programa porque nada fue gratis. Tuvieron que poner una contrapartida para materializar el emprendimiento personal o comunal. Nadie quiere abandonar sus pueblos porque aprendieron que la tierra es rentable si la trabajan.
Interviene comunidades de la región
María Guay detalló que en la región Puno, Cindes intervino en 72 comunidades y siete centros educativos enseñando cómo proteger el medio ambiente a través de cultivos de panllevar.
Se construyó 21 reservorios para fines agrícolas e instalación de sistema de riego tecnificado. Guay reveló que la experiencia de Puno es bien vista por el gobierno canadiense y la embajada de dicho país en el Perú.
Detalló que el altiplano tiene potencial ganadero y agrícola con fines de seguridad alimentaria.