¿Por qué no denuncian las mujeres?
“En el Perú, de 1000 mujeres agredidas solo unas 260 llegan a denunciar al MIMP”.
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Esta semana vimos dos indignantes casos de violencia contra la mujer. En uno, una mujer casada denunció a su esposo por romperle la nariz y patearla en el piso. En el otro, una mujer que estuvo a punto de ser quemada viva por su pareja en plena vía pública no quiso denunciar a su agresor.
Ambos casos generaron expresiones denigratorias e insultantes contra estas mujeres. ¿Por qué los defienden? ¿Por qué no denuncian? ¿Cómo ayudar a quien no se ayuda? son las preguntas de fondo. Las expresiones que tuvo una ignorante supina como la Cuculiza –que llamó a la mujer salvada de ser quemada “estúpida” e “imbécil”– dejan claro lo que gente sin conocimiento del problema de la violencia contra la mujer puede ‘pensar’.
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Ni son estúpidas, ni están conformes con ese trato. La violencia física que nosotros vemos en ese momento es solo una expresión de la violencia psicológica y manipulación a la que esa mujer está sometida por lo general incubándose años de menos a más.
Según un estudio del gobierno español (2019) –“Estudio sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas de violencia de género en verbalizar su situación”–: la violencia que más tarda en denunciarse es la física: las mujeres necesitan una media de 14 años en pedir ayuda, mientras que en la psicológica esa cifra es de 7 años y 9 meses. El miedo al agresor es el principal motivo, creer poder resolverlo sola y no reconocerse como víctima o sentirse culpable son los más comunes, además de la vergüenza social o el miedo a que el sistema de justicia no las proteja o ampare.
Los abusos suelen incubarse gradual y escaladamente durante años y generan un deterioro psicológico que nubla la lucidez de las víctimas. En el Perú, de 1,000 mujeres agredidas, solo unas 260 llegan a denunciar ante el MIMP (https://bit.ly/36asGfD). Y el sistema judicial no estimula porque no es confiable. Según la Defensoría “El 70% de procesos judiciales por feminicidios no logra sentencia”(https://bit.ly/2u8H9f5).
El problema social es enorme y aun invisibilizado por una cultura donde la violencia privada contra la mujer es aceptada social y calladamente. El 54,8 % de los peruanos justifican la violencia familiar (https://bit.ly/38hwzB2). “Los trapos sucios se lavan en casa” o pensar que “ella se lo buscó” porque hizo algo o porque “lo aguanta” siguen siendo grandes taras culturales. Por eso es crucial entender y difundir que no son “temas familiares” sino problemas sociales. Solo denunciando, sea judicial o socialmente, podremos ir cambiando el paradigma moral que hasta hoy es permisivo con los hombres que violentan mujeres y que lejos de hacerles sentir temor por sus actos, los estimulan con la impunidad a más violencia.
Lo más importante a entender es que JAMÁS hay que culpar a la víctima ni por no denunciar, ni por aguantarlo porque eso solo la aislará más y empujará a seguir en la espiral de violencia. No hay límite para la empatía, paciencia y solidaridad con mujeres violentadas en un país en el que 8 de 10 mujeres agredidas no denuncian. Esta es una pandemia si consideramos que en el 2018 hubo 200 mil denuncias por violencia familiar (https://bit.ly/38hwzB2), de las cuales 176.540 fueron agresiones de parejas o exparejas.
La culpa jamás debe ser puesta en la víctima porque es siempre-siempre del agresor y allí debe quedar. Si no lo entiendes, eres parte del problema.




















