Sociedad

Niña indígena kakataibo en cuidados intensivos tras recibir disparo de quien intentó violarla

Tentativa de feminicidio en Ucayali. Primo de la menor intentó abusar y cuando ella se defendió, le disparó un cartucho de retrocarga a la altura de la cabeza. Actualmente, el sujeto se halla prófugo.

Adolescente kakataibo fue víctima de tentativa de feminicidio en comunidad de Ucayali. Foto: Servindi
Adolescente kakataibo fue víctima de tentativa de feminicidio en comunidad de Ucayali. Foto: Servindi

El horror de la violencia machista. A sus cortos 16 años, N.P. Ch. batalla por su vida en una sala de cuidados intensivos porque Diego Ramírez Paredes (23) le disparó en la cabeza, luego de intentar violarla, en Coronel Portillo, Ucayali.

La víctima de tentativa de feminicidio pertenece al pueblo indígena de Katakaibo y vivía en la comunidad nativa de Santa Marta.

Según familiares de la menor, Diego Ramírez Paredes -quien además es primo de la víctima- intentó violarla y al no lograrlo intentó acabar con la vida de las adolescente. Además, revelaron que él la acosaba constantemente.

Actualmente, la adolescente es atendida en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Regional de Pucallpa.

La menor y sus familiares cuentan con el apoyo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).

Chaska Valencia Meléndez, abogada colaboradora del Programa Mujer de Aidesep, denunció a Servindi que no se activaron oportunamente los mecanismos a los que se debe acudir en casos de feminicidio o tentativa.

“El centro de salud (primer lugar a donde llevaron a la menor) no ha actuado conforme al protocolo de actuación conjunta que ya existe. La ley dice que apenas se tome conocimiento cualquier servidor de salud debe denunciar”, indicó Valencia.

Según la especialista esto se debe a que los distintos servidores públicos del sector salud, justicia y la Policía tienen desconocimiento de este protocolo. Además, de que existe poca voluntad para conocer cómo proceder en estos casos.

Según la coordinadora del Programa Mujer de Aidesep, Rocilda Nunta, esta situación también debe provocar una reacción por parte de las organizaciones indígenas y no solo del Estado.

Ella señala que aunque las comunidades nativas están facultadas para aplicar justicia en su interior, los mecanismos con los que cuentan no están logrando frenar la violencia contra las mujeres.

Así, ella remarca la necesidad de una revisión de estatutos de las comunidades para que los pueblos indígenas puedan enfrentar la violencia machista.

“Los estados deben implementar adecuadamente el tratamiento a la violencia, pero en coordinación con los pueblos indígenas”, enfatizó Rocilda Nunta.