Arequipa: Escolares de Cocachacra caminan 8 horas para llegar a competencia
Paro. Son cinco estudiantes de Cocachacra que debían competir en un concurso de robótica en Arequipa.
Edwar Quispe
Tenían que llegar a Arequipa para competir en las Olimpiadas de Robótica de la Universidad Católica San Pablo. Se trata de cinco escolares del colegio Jesús de Nazareth de Cocachacra, distrito de la provincia de Islay donde se acata una protesta contra el proyecto Tía María.
Ni las piedras ni los bloqueos hicieron que este equipo de robótica postergue su viaje.
En condiciones normales, no les hubiera tomado más de 15 minutos llegar hasta el cruce de la carretera Panamericana Sur. Demoraron ocho horas para caminar hasta ese punto y abordar un vehículo que los trajo a Arequipa. La institución educativa está situada en el foco de las protestas.
Los escolares y sus respectivos padres salieron de sus casas el martes último a las 4 de la madrugada a bordo de una combi de uno de los padres del equipo. Llevaban las piezas electrónicas y figuras de madera para el evento clasificatorio a un torneo mundial en Francia. El vehículo no podía salir por los bloqueos. Entonces, no les quedó otra alternativa que caminar.
Sandra Llosa Liu (15) y sus amigos participaban por primera vez en este certamen. Habían trabajado más de tres meses para armar su proyecto a pesar de las suspensiones de clases y el peligro de llegar y salir del plantel, ubicado frente al municipio de Cocachacra.
En combi les fue imposible movilizarse. Por lo menos, esperaban acercarse hasta Chucarapi para abordar un colectivo. Anthony Prado Ocampo (15) contó que, con la vía bloqueada, probaron suerte en la carretera antigua. El panorama era el mismo. Los manifestantes hicieron caer piedras de un cerro contiguo que no lograron mover. “Intentamos por otros caminos, pero estaban igual. Tuvimos que caminar”, manifiestan.
Los adolescentes siguieron su travesía por cerros y caminos de trocha. Llegaron al sector de Chucarapi cerca al mediodía. Tomaron una movilidad y llegaron a Arequipa pasada la 1 de la tarde. Junto a ellos viajaron sus amigos Julieta Siles Tito (16) y Hugo Taya Zegarra (14). Los estudiantes entienden que la mina significa el desarrollo económico del país, pero son conscientes y piden que se tome en cuenta el temor del pueblo del valle de Tambo sobre la contaminación.