Sociedad

El Señor de los Milagros y su encuentro con los que sufren

Fe y amor. Venerada imagen realizó su penúltimo recorrido y visitó hospitales.

Pasado el mediodía, la imagen del Señor de los Milagros de Nazarenas llegó a la avenida Alfonso Ugarte, lugar donde se ubican los hospitales Arzobispo Loayza y San Bartolomé. Los pacientes se aglomeraron para verlo de cerca. Algunas madres cargaban a sus bebés.

El Cristo de Pachacamilla había salido del templo de Las Nazarenas a las 6 de la mañana .

Uno de los momentos más emotivos fue su llegada al hospital San Bartolomé, donde las madres, con sus hijos recién nacidos, subieron a un pequeño estrado para observar a la venerada imagen. En total 20 pacientes tuvieron este contacto de pocos minutos que aprovecharon para dirigirle unas oraciones y pedir por la salud de sus pequeños.

"Mi hijo nació hace tres semanas, estuvo delicado, tuvo una infección respiratoria, pero ya está mejor gracias al Señor de los Milagros y su bendición. Este mes de octubre fue difícil, pero con la llegada de la imagen vamos a afrontar estas complicaciones con más fuerza", señaló Alexandra Palacios, una paciente del hospital San Bartolomé.

Los cargadores de la Sexta Cuadrilla hicieron lo mismo en el hospital Arzobispo Loayza, a donde ingresaron por algunos minutos. Los pacientes y médicos del nosocomio confesaron luego haber sentido la presencia y la fuerza de Cristo.

Ahí, pacientes de distintas unidades médicas, como oncología, geriatría, medicina interna, entre otras, se colocaron en un estrado para ver la imagen del Señor de los Milagros. Ello originó algunos llantos y también oraciones cargadas de esperanza.

"Salva a los enfermos, Señor de los Milagros, brinda esperanza a los pacientes", repetían los fieles en sus oraciones.

Por la noche, la imagen continuó su recorrido. Siguió por algunas calles de Breña y luego volvió al Centro para emprender el regreso a Las Nazarenas, en donde se le esperaba en la madrugada. El próximo viernes 1° de noviembre será su última salida del año.

Caos en el Metropolitano

Donde sí se vivió un infierno fue en las estaciones del Metropolitano, en San Isidro y el Centro. Largas colas de usuarios se formaron desde la tarde debido a que los buses tardaban en llegar y los que pasaban no se detenían a recoger pasajeros.