Sociedad

Cusco: Historias detrás de la tragedia en Marcapata, que dejó más de 20 muertos

Murieron en el accidente de la empresa Palomino una pareja de venezolanos, un empresario y su abogado, una estudiante. Familiares piden justicia.

Escena. Joven venezolano buscando a su prometida con la esperanza de hallarla viva.
Escena. Joven venezolano buscando a su prometida con la esperanza de hallarla viva.

Maribel Mamani Mamani

Emili Córdova se acababa de comprometer con Gabriel García Rosales, minutos antes de morir. Los jóvenes novios venezolanos tenían la intención de llegar a Puerto Maldonado (Madre de Dios) para pasar a Brasil en busca de un mejor destino. La muerte se interpuso en sus caminos. La pareja trabajaba antes en el distrito de Machupicchu (Cusco) como “jaladores” de un restaurante, según el amigo de Gabriel.

Gabriel está internado en una clínica, mientras que el cuerpo de su novia yace en la morgue del Cusco. Emili murió en el accidente ocurrido la madrugada del lunes en el distrito de Marcapata, cuando viajaba de Cusco a Puerto Maldonado. Según el Ministerio Público, 22 personas perdieron la vida y otras 30 resultaron heridas.

Diana Elvira Valdivia, de 23 años, es otra víctima de la caída del bus de la empresa Palomino hacia un barranco de más de cien metros de profundidad. Diana cursaba el noveno semestre de la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios. El padre de la joven apenas puede responder algunas preguntas. Dice que su hija retornaba a Puerto Maldonado luego de asistir a un evento académico en Andahuaylas (región Apurímac). Por azares del destino, había decidido retrasar su viaje y separarse de la delegación de 40 estudiantes para hacer una parada en Cusco y conocer la ciudad. Partió hacia Puerto Maldonado a las nueve de la noche, luego de su paseo turístico. A escasas tres horas de llegar a su destino, el bus cayó a al abismo.

La tragedia habría ocurrido a causa de una falla humana. El chofer Sebastián Choquehuanca Herrera se habría quedado dormido por exceso de trabajo. Él está herido, pero su irresponsabilidad y la de la empresa Palomino le costó la vida a 22 personas.

En la larga lista de fallecidos aparece el nombre de Mamerto Concha Huarhua. Su hermano dijo que la víctima era un empresario cusqueño que radicaba en Madre de Dios. Llegó a Cusco para atender un problema judicial, pero antes de retornar decidió hacer una visita rápida a sus padres, que viven en el distrito de Chinchero (Urubamba). Allí, su madre lo recibió con un desayuno, sin imaginar que era el último que compartirían. Su abogado defensor, Wilfredo Bravo, que viajaba con él, también perdió la vida.

Hay 22 muertos, 22 familias destruidas. Una niña de 7 años perdió a su madre en el accidente, mientras que su padre se encuentra grave y podría quedar parapléjico a causa de una fractura en la columna. Hija y padre están internados en una clínica privada. La menor todavía no sabe que quedó huérfana de madre.

Familiares hacen denuncias

Familiares denuncian que el conductor de la E.T Palomino hizo un recorrido sobrehumano, al conducir el bus desde Lima y una vez en Cusco continuar con la ruta hasta Puerto Maldonado, que demanda 10 horas.

Decenas de personas esperaron desde las ocho de la mañana en la Morgue Central del Cusco para recibir los cuerpos de sus seres queridos. Cerca de las dos de la tarde recién empezaron con la entrega de los cadáveres.

El hermano de otra víctima denunció que fue humillante la forma en que trasladaron los restos. Como si de un equipaje se tratara, fueron traídos en el área de carga de un bus.

Familiares. Esperaron por más de cinco horas en la morgue.

Familiares. Esperaron por más de cinco horas en la morgue.