El Día de la Lengua de Señas y el inicio de la Semana de la persona sorda
Cada 23 de setiembre, desde hace dos años, se celebra el Día de la Lengua de Señas para generar conciencia de su importancia, así como preservación como parte de la diversidad lingüística y cultural.
Desde el 2017, el mundo conmemora el Día Internacional de la Lengua de Señas cada 23 de setiembre, fecha en la que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la aprobó.
Según la resolución de la ONU, la celebración de este día tiene la finalidad de concientizar sobre la importancia de la lengua de señas en como parte de los derechos de la comunidad sorda.
Es decir, busca que los estados faciliten el aprendizaje de la lenguaje de señas y se promueva la identidad lingüística.
De acuerdo a la Federación Mundial de Sordos, agrupación que propuso la celebración de este día, existen en el todo el mundo un aproximado de 72 millones de sordos, y que usan más de 300 diferentes lenguas de señas.
Si bien tiene una estructura diferente al habla, la lengua de señas también es un idioma natural que no es universal, es decir, cada país o región desarrolló su propio idioma, de acuerdo a su historia y cultura.
En Perú, en 2010 se promulgó la Ley N°29535 en la que definen la lengua de señas como la que “comprende sistemas lingüísticos de carácter visual, espacial, gestual y manual en cuya conformación intervienen factores históricos, culturales y sociales y que tradicionalmente son utilizados como lengua en un territorio determinado”.
Entre los resultados arrojados por el Censo Nacional 2017, en el país 232 176 personas son sordas y, de esa cifra, 10 447 respondieron que aprendieron la lengua de señas en su niñez como lengua materna.
Sin embargo, esta cifra se diferencia de las arrojadas por la primera Encuesta Nacional Especializada sobre Discapacidad (Enedis) 2012, que indica que 532 209 personas son sordas en nuestro país. El 46,2% de esa cifra se comunica usando la lengua de señas.
Lengua de señas
En declaraciones para La República, la presidenta de la Fundación Personas Sordas del Perú, Susana Stiglich, consideró que es una lengua accesible, con la que puede comunicarse sin agotamiento mental.
“Es la lengua con la que siento que tengo facilidad de comunicarme sin estrés, en la que puedo conversar y pensar, acción que no puedo si leo labios, pues me canso por estar prestando atención a todo que se dice, adivinando”, sostuvo.