Jorge Salas Arenas: “Acá no importa tener la razón, ni siquiera el respaldo jurídico: lo que importa es tener los votos”
El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Luis Salas Arenas, advierte que la democracia peruana está en peligro y asegura que ya no vamos a ser ni siquiera un Estado democrático híbrido.
El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Luis Salas Arenas, advierte en la siguiente entrevista que el Perú puede pasar a convertirse en un país autoritario —incluso totalitario— si es que un sector del Congreso logra su objetivo de capturar tanto al sistema judicial como electoral.
-Lo último que se conoció de su caso fue que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) había acogido su solicitud de que le concedieran medidas provisionales. ¿Qué ha ocurrido a partir de entonces?
-La Corte Interamericana, lo que hizo, fue acoger el pedido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con relación a mi situación personal como presidente del JNE. Dentro de las medidas de cautela se dispuso que continuara la protección para mí y mi familia para el adecuado desempeño de mis funciones, que se investigaran los actos de amedrentamiento y ataques y se dejara que continuara mi labor, libre de estos acosamientos.
-¿Y se ha cumplido con esas medidas?
-En un 98% no se han cumplido. Solamente se ha visto el tema de mi seguridad personal, pero con dificultades porque encuentro algunas incomprensiones, no en las cabezas, sino en algunos mandos medios del departamento de seguridad del Estado, que, incluso, se ha permitido filtrar información sensible sobre la protección que se otorgan a mí y a mi familia. Pero lo otro no está atendido. Las investigaciones están recién en pañales, por ejemplo. La Policía me pide que dé los nombres de los acosadores cibernéticos, algo que los agentes podrían perfectamente indagar. Aparte, los acosamientos mismos ya no son solamente cibernéticos. Están los actos del Congreso y del Tribunal Constitucional, que ha dicho que el primero tiene libertad para actuar. Hay una multiplicidad de aristas en este problema y el Estado peruano no está cumpliendo como corresponde.
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-¿A qué instituciones les corresponde que lo solicitado por la Corte IDH se cumpla?
-A varias instituciones, como el Ministerio Público, al Congreso, a la Policía. No puedo dedicarme a investigar, no puedo suplir a la Policía. Y para algunos fiscales, el delito de acosamiento en el código penal no existe y se les hace un lío entender sus particularidades. Y la Procuraduría tendría que hacer lo pertinente también, pero cada vez que nos hemos reunido, primero con la Comisión Interamericana y luego con la Corte Interamericana, ha dicho que todo está bien, que todo está tranquilo, como si viviéramos en una realidad paralela, de negación.
-Para recordar a los lectores, en el Congreso se pretende extender la figura del juicio político a los jueces electorales…
-Esa es una de las cosas que se pretende. En el Congreso también se pretende aprobar el recorte del tiempo de desempeño de los miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la rotación en los cargos, que haya otra composición, que se suba a siete miembros y que el presidente solamente tenga responsabilidades administrativas, entre otros. Todo eso aparte de lo del cambio en el artículo 99, al que usted hizo referencia. Los jueces electorales —porque eso somos por mandato de la Constitución y de la ley orgánica de elecciones— estamos protegidos por el principio general de la independencia judicial. Esa independencia, sobre todo, es del poder Ejecutivo, Legislativo y de todos los otros poderes estatales, regionales. La independencia es, sobre todo, de lo político. No se puede ser independiente si se quiere ejercer un control político.
-¿El objetivo es que el JNE se encuentre subordinado al Congreso?
-Ese es el objetivo.
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-Pero el tema como que se ha detenido un poco en el Congreso. ¿O cree que la intención permanece?
-No creo que el tema se haya detenido. Hemos mapeado hasta 40 congresistas que han presentado estos proyectos que le he mencionado y que andan detrás de los acosamientos. Salen a la prensa a hablar lo que les pasa por la cabeza. Muy bien, pero ocurre que uno de los requisitos de los jueces —y ellos obrarán como jueces cuando hagan un juicio político— es que deben ser imparciales. No son jueces imparciales los que adelantan juicio.
-Los que adelantan opinión.
-Así es. Por eso, cuando usted entrevista a un juez, muchas veces le habrán dicho: “No puedo adelantar opinión”. Los jueces saben eso, está en su ADN. Los políticos, no, pues. Por esa razón, los políticos no pueden ser jueces de los jueces. Eso ya es algo aprendido en el uso internacional. La doctrina de la Corte IDH dice que la política no debe poner sus manos o sus intereses sobre el control de los jueces, porque si estos pierden su independencia, ya no hay posibilidad de buscar una justicia equilibrada.
Garantías. Frente a amenazas de grupos violentistas, como los de ‘La Resistencia’, la Corte IDH otorgó garantías a Salas Arenas. Foto: difusión
-Usted se pronunció sobre el caso de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). ¿Lo que se pretende hacer con ella —es decir, revocar a sus integrantes por supuesta “causa grave”— guarda relación con lo que se quiere hacer con el JNE?
-El Pleno del JNE se pronunció en términos generales sobre la autonomía de los organismos constitucionalmente autónomos, que pretenden que ahora sean autónomos en todo menos del poder político.
-Que sean autónomos excepto del Poder Legislativo, en concreto.
-Que es un poder eminentemente político, lo cual es un contrasentido. Cualquiera con buen criterio entiende que eso no puede ser. Yo creo que sí hay un proyecto de instalar un tipo de Estado diferente. Hay un grupo de unos 40 congresistas que tienen ese proyecto. Ellos pueden pensar como quieran porque son libres de hacerlo, pero no pueden sacrificar, bajo el signo del totalitarismo, a la independencia judicial.
-¿Quieren instalar un Estado autoritario?
Cuando hay un control de los poderes del Estado y de los organismos autónomos, no conozco otro nombre.
-En concreto, usted dijo que lo de la JNJ es un “exceso”. ¿Por qué lo considera así?
-Porque la JNJ nombra a los jueces y fiscales de todo el Perú. Controlar a las personas que hacen ese tipo de nombramientos es controlar, por vía indirecta, a esos nombramientos. El alto comisionado para los derechos humanos de las Naciones Unidas lo ha dicho. Lo ha dicho la Unión Europea. En ese mismo sentido se han pronunciado los organismos internacionales protectores de los derechos humanos. Deploro que haya gente dentro del país que tiene formación superior en Derecho y que está pasando por alto todas estas cuestiones que tienen que ver con la esencia misma de la democracia.
-¿La democracia peruana está en peligro?
-Creo que sí. Para usar un término criollo, está poniendo un pie en otro tipo de Estado. Ya no vamos a ser ni siquiera un Estado democrático híbrido, sino entraríamos ya al autoritarismo y, de ahí, al totalitarismo.
-¿Este es el periodo más crítico para nuestra democracia desde los 90?
-Hace casi 20 años se produjo la Carta Interamericana Democrática aquí, en Lima, precisamente porque teníamos una crisis muy profunda. Ahí se dijo cómo debían ser las elecciones, cómo debía ser el tratamiento de los organismos autónomos. Parece que la carta no la hemos leído del todo. Habría que volverla a leer, en todo caso.
Terquedad. Hay un sector que insiste, sin pruebas, en que hubo un fraude el 2021. Foto: difusión
-Lo que se quiere hacer con el JNE —y en parte con la JNJ— se inscribe en esta narrativa del fraude electoral de 2021, que un sector del Congreso todavía defiende a pesar de las evidencias en contrario. ¿Qué le dice a ese sector?
-Lo que pasa es que hay un cálculo en el número de votos y acá no importa tener la razón, ni siquiera el respaldo jurídico: lo que importa es tener los votos. Incluso lo afirman, que no son ni jueces ni son fiscales, sino que hacen apreciaciones políticas. Los jueces no podemos estar sujetos a las apreciaciones políticas, esa es una garantía esencial. Las Naciones Unidas así lo ha señalado hace más de 20 años para todos los jueces de los países democráticos. El hecho de tener bajo la sujeción a los organismos electorales tiene por finalidad el control ulterior de las elecciones. Es así de claro. La defensa que los organismos electorales hacen de su autonomía y los jueces de su independencia se inscribe en el cumplimiento del deber de obrar como corresponde dentro de una democracia.
-Señalan que usted se atornilla en el cargo y que por eso se defiende tan apasionadamente. ¿Qué responde?
-Primero, el fraude fue descartado por la observación internacional especializada del mundo democrático. Se aclaró suficientemente que no hubo fraude. Esa prédica es un mecanismo para mantener a un sector movilizado, para mantener afiatado a un aparato de acosamiento y ataque. Yo soy un juez que cumple una función por mandato constitucional y, fuera del JNE, voy a seguir desempeñando mis funciones. Esto es un cumplimiento del deber. Los jueces tienen el deber de defender su fuero, cuando es razonable hacerlo. Sería un muy mal ejemplo que el juez huyera porque lo acosan. Ante el acosamiento es que se pidieron garantías internacionales, porque no fueron suficientes las nacionales. Algunos se molestan porque no me dejo acosar. No quieren que me protejan policías porque así es más fácil agredirme. Eso es absurdo.
“En la política peruana hay gente que es capaz de actos salvajes”
-¿Ha llegado a temer por su vida?
-Claro. En la política peruana hay gente que se deja llevar por emociones negativas como el odio, que es capaz de actos salvajes. Y algunos no tienen el pudor de ocultarlo. Hay un señor que ha escrito en su cuenta (de una red social) que yo no voy a saber cuándo ni dónde ni cómo, pero que “ya va a venir, ya va a suceder”. Esa es una amenaza de muerte velada. Pero este es uno de los 12 o 15 que dan cara y hablan lo que hablan. Hay otros que son cuentas ‘troll’ que amenazan, ‘terruquean’, estigmatizan. Esto no es algo gratuito, esto es manejado por alguien, subvencionado por alguien, para atormentar, molestar con la finalidad de que me vaya. Y eso, que un acosador dijo que ni aunque me fuera me iban a dejar tranquilo. Eso demuestra los niveles a los que puede llegar el odio. Usted me pregunta si he tenido temor por mi vida. Sí, porque hay odiadores de ese nivel. Y el odio sembrado, el odio alimentado, lo que genera es un escalamiento.
-¿De violencia?
-Así es. Por eso, entendiendo la situación, primero la CIDH y luego la Corte IDH han ratificado la obligación del Perú a proteger mi desempeño funcional, a proteger mi vida.
-¿Cuántos ataques ha recibido?
-Son 3.800 ataques (vía redes sociales) desde mayo de 2021 a la fecha. Aparte están los ataques directos que se hacían con mucha frecuencia —y que ahora se han reducido un tanto— para gritar de todo, lanzar incendios, acusar de fraude y hablar de las cosas que se les pasa por su cabeza. Esos son acosadores con itinerario. Acaban acá y se van a otro sitio.