Política

Percy Medina: “Se decía que teníamos un presidencialismo exacerbado... Bueno, eso ha cambiado”

El jefe de Misión de IDEA Internacional en el Perú analiza la compleja relación entre el Poder Ejecutivo y Legislativo que ha provocado la censura de varios ministros y el reiterado uso de la vacancia presidencial. Medina asegura que la democracia está en riesgo.

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El jefe de Misión en el Perú de IDEA Internacional, Percy Medina, responde sobre la próxima visita del grupo de alto nivel de la Organización de Estados Americanos. También analiza el nuevo equilibrio de poderes que se puede vislumbrar a partir de la crisis política de los últimos años. Advierte que el país se ha ido parlamentarizando.

—La misión de la OEA llegará en unos días. ¿Cree que ayudará a resolver la crisis?

—Las misiones de alto nivel que organiza la OEA no tienen por finalidad resolver los problemas internos de los países. Tienen por finalidad informarse sobre lo que ocurre y, eventualmente, facilitar el diálogo, generar algunos espacios para que haya ciertos compromisos, pero de ninguna manera tienen la posibilidad ni la aspiración de resolver las crisis políticas internas. Eso siempre es tarea de los actores nacionales. La misión ni suspenderá los procesos a nivel parlamentario o judicial ni generará condiciones para que se resuelvan los conflictos.

Pedro Castillo solicitó a la OEA que se active la Carta Democrática. Foto: composición Gerson Cardoso

Pedro Castillo solicitó a la OEA que se active la Carta Democrática. Foto: composición Gerson Cardoso

—¿Entonces para qué vienen?

—A informarse. Creo que es un punto importante que los actores internacionales conozcan de primera mano...

—Lo que ocurre.

—Las miradas sobre la problemática. Hay gente que dice que el Gobierno con esto tiene un triunfo. Para nada. El Gobierno está abriendo la opción para que actores diversos de la oposición y de la sociedad civil ofrezcan, también, sus puntos de vista.

—Se dice que esta es una estrategia del presidente Castillo para limpiarse la cara frente a las acusaciones de corrupción. ¿Qué piensa?

—Que si la misión viniera solo para hablar con el Gobierno, se podría decir eso. Pero, normalmente, se recogen opiniones de distintas partes. La misión no va a tener la visión del Gobierno, sino que va a tener la visión de todo el mundo.

—Lo escucho y, para usar una frase hecha, podría decirse que la misión de la OEA será un saludo a la bandera.

—En un sentido podría decirse que sí, pero en otro podría decirse que es la oportunidad para poner sobre la mesa otros asuntos. Puede ser una oportunidad.

—¿La democracia peruana corre un riesgo de retroceso?

—Yo creo que hay un riesgo de deterioro claro, y no es desde el último año, sino desde hace muchísimos años, porque nuestro sistema de partidos colapsó y no hemos tomado nota seriamente de ello. Es necesaria una reforma política integral, que atienda los problemas en el ámbito partidario, electoral y del Gobierno. Hay que repensar el equilibrio entre Ejecutivo y Legislativo. Hay un problema de fondo que origina la crisis actual que no atendemos. Detenernos en los últimos meses, en la coyuntura chiquita, puede ocultar la necesidad de un esfuerzo más profundo.

—¿Pone alguna fecha al inicio de esta crisis?

—El colapso del sistema de partidos viene desde hace un par de décadas. Ninguna nueva organización ha prendido como un partido en serio. Y los que ya eran partidos se han ido debilitando hasta perder su registro electoral.

—Aunque tuvimos un periodo de relativa calma institucional durante buena parte de esos 20 años.

—Sí, y creo que la bonanza económica...

—¿Maquilló las cosas?

—Exactamente. Permitió que nos hiciéramos un poquito los desentendidos y que pensáramos que las cosas podían ir por cuerdas separadas, que mientras la economía caminara bien, la gobernabilidad haría lo mismo. Y eso ha sido un error.

—¿Se necesita una nueva Constitución que reformule la relación entre los poderes políticos del país?

—Se pueden hacer reformas que me parecen importantes para un mejor equilibrio entre el Ejecutivo y el Legislativo. Hay bombas nucleares a disposición de uno y otros que habría que tratar de sacarlas de la actividad cotidiana, con una mejor regulación. En los últimos seis años se ha usado seis veces la figura de la vacancia por incapacidad moral permanente...

—Y hay una más en camino.

—Ya se vuelve algo cotidiano. Lo mismo pasa con algunos mecanismos de control político. En el último año se han censurado más ministros que en los primeros 30 de vigencia de la Constitución. Quizás había razones para las censuras, pero el dato dice de las dificultades de la relación entre los poderes.

—¿Nuestro problema es el sistema presidencialista?

—A nuestro sistema presidencialista se le incorporaron...

—Figuras parlamentarias.

—Correcto. Eso hace a nuestro sistema muy particular. Habría que revisarlos para ver si han funcionado o no. Dicho sea de paso, lo que ha venido haciendo el Congreso en los últimos años, del 2016 en adelante, es cambiar esas relaciones. Se ha ido debilitando el presidencialismo. Hay que ver con qué consecuencias.

—¿Diría que el equilibrio está a favor del Parlamento en las relaciones de poder?

—Se ha ido parlamentarizando. En algún momento se decía que teníamos un presidencialismo exacerbado; bueno, eso ha cambiado en los últimos años y el equilibrio podría estar...

—Del lado del Parlamento.

—Exactamente.

—¿Suscribe la idea de nuevas elecciones generales como posible salida a la crisis? ¿O es escéptico al respecto?

—Es una salida posible siempre y cuando haya consenso. Ese tipo de respuestas deben tener un nivel de acuerdo alto, porque si un sector de los ciudadanos siente que es una imposición, puede verse como un cambio arbitrario de las reglas. Por ejemplo, el 2001 hubo un cambio en el cronograma con un acuerdo y nadie estuvo en contra. Es una medida que requiere legitimidad social.