Andrés Beltramo Álvarez VATICAN INSIDER Por primera vez Gustavo Gutiérrez, teólogo peruano, 'padre' de la Teología de la Liberación, fue relator ante un auditorio en El Vaticano. Momento histórico que ocurrió el 25 de febrero en la presentación del libro Pobre y para los pobres, firmado por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, y que incluye textos suyos. Un volumen prologado por el Papa, signo de una evidente distensión con una corriente teológica que todavía afronta turbulentos debates en América Latina. Gutiérrez contó al Vatican Insider cómo vive este momento. ¿Cómo cree que se llegó a esta 'reconciliación'? La palabra reconciliación es un poco fuerte para lo que ha habido. Hubo ciertos problemas con algunos y tampoco muy justos. No hubo una determinación contraria, si no uno no hubiese podido seguir escribiendo y eso ha continuado. Claro, existen personas que no están de acuerdo (conmigo) y yo eso lo respeto. A mí muchas teologías no me parecen, solo que no las persigo. Pero uno tiene diferencias. Por otra parte, la gente de la Iglesia piensa que todo pasa en la Iglesia, pero no es así. La Teología de la Liberación tuvo problemas, sobre todo, con los políticos y los militares. En diciembre de 1987 tuvo lugar una reunión, en Buenos Aires, de los ejércitos del continente. ¿Sabe usted cuál fue el problema? El peligro de la Teología de la Liberación. ¿Siente que existe un clima de comprensión diferente? Hoy en día sí, por supuesto, y eso influye en lo que acabo de decir porque le quita armas a quienes, sin ninguna razón cristiana, desconfían de la Teología de la Liberación. Porque se dan cuenta de que están metiéndose con la Iglesia entera. ¿Se imaginó que un amigo suyo, el cardenal Müller, iba a guiar la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede? Ni lo había imaginado ni lo había descartado, porquenunca se sabe. Yo soy muy poco de prever cosas. No, ciertamente no, pero eso quién lo podía prever. ¿Eso puede ser providencial para su trabajo? Sí, puede ser útil para el trabajo. Pero a mí lo que me interesa es qué le va a pasar a los pobres de América Latina. ¿Usted me pregunta si para ellos esto es útil? Yo pienso que sí. Que sea útil para la Teología de la Liberación, claro. No menosprecio. Sería un tonto si digo que no me interesa. Yo hasta los 40 años nunca había hablado de la Teología de la Liberación, porque no sabía. De todas formas era cristiano. Entonces si era cristiano antes, espero serlo después. La gente me dice: “La Teología de la Liberación… ha muerto”. Les respondo: “Puede ser que haya muerto, pero a mí no me invitaron al entierro”. La teología no es lo decisivo, lo son las personas. Y el papa Francisco, ¿está siendo decisivo? Ah bueno, claro que sí. Justamente en esa manera, yendo a lo concreto, a lo cotidiano, a decir: Dinero corrompido yo no quiero, dinero sucio. Eso es muy concreto. Claro que sí, por supuesto.