Política

Fernando Tuesta: “En general las instituciones autónomas en el Perú se encuentran en peligro”

El politólogo analiza la situación del país y alega que el Congreso actúa, en general, de manera inmediata, cortoplacista, no pensando en las instituciones sino en lo que no les gusta.

Fernando Tuesta
Fernando Tuesta

El Congreso ha inhabilitado a dos miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), institución que tiene que ratificar o nombrar a los jefes de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). Sobre las implicancias que puede tener para el sistema electoral la ofensiva parlamentaria, responde el politólogo Fernando Tuesta.

–¿Están en peligro la ONPE y el Reniec luego de la arremetida del Congreso contra la JNJ?

–Sí, en general las instituciones autónomas en el Perú se encuentran en peligro. El desempeño del Congreso –no digo la baja calidad de sus integrantes en otras áreas– es hasta ahora nefasto. En estos días está el proceso de ratificación de los jefes de ONPE y Reniec.

–Pidieron ser ratificados.

–Su trabajo ha sido, en general, bueno. El peligro es que no los ratifiquen por una cuestión netamente política. No hay nada que pueda llevar a pensar que no les deberían renovar en el cargo, pero se van a manifestar todas las formas posibles para evitarlo.

–¿Y que se nombren a personas cercanas a los intereses del Congreso?

–Sí, no quieren profesionales que tengan autonomía institucional. Un profesional autónomo requiere un perfil especial y hay que añadirle el conocimiento del campo de trabajo. En el caso de la ONPE, por ejemplo, se requiere mucha especialización. Piero Corvetto está cerca de dos décadas trabajando ahí. Si no lo ratifican a él ni a Velarde en Reniec se abrirá un concurso público y contra lo que se pudiera creer no hay mucha gente en el Perú con un perfil adecuado.

–¿Qué le parece el proyecto que presentó la congresista Patricia Chirinos para que los jefes de ONPE y Reniec no sean ratificados de manera inmediata?

–Es una muestra de cómo el Congreso actúa, en general, de manera inmediata, cortoplacista, no pensando en las instituciones sino en lo que no les gusta. Sobre esa lógica ha normado mucho el Congreso. No se busca mejorar las instituciones. Más bien deberían legislar para que los que postulan a la ONPE tengan experiencia en el campo.

–Al mismo tiempo, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Luis Salas Arenas, enfrenta acusaciones constitucionales que han sido tramitadas en el Congreso. La ofensiva contra las instituciones es completa, ¿cierto?

–En el caso del JNE, el tema son los mensajes hacia adelante. Lo ocurrido con el acoso, con las campañas difamatorias contra los organismos electorales como nunca se ha visto en la historia del país, y que poco se ve en América Latina, desata una serie de desincentivos negativos. Los jueces supremos deben elegir al presidente del Jurado. Después de esta campaña…

–¿Quién va a querer llegar?

–Exacto, ¿quién se va a querer meter con muchos de estos actores políticos? Es un desincentivo. Y eso se puede extender a otras instituciones. Por eso ves cómo muchos buenos profesionales que hay en el Perú no se presentan a los concursos públicos. O si se presentan no los eligen, sino que se opta por personas de menor calidad profesional. Eso ha ocurrido cuando el Congreso ha elegido, por ejemplo, al actual defensor del Pueblo que es una vergüenza a nivel nacional e internacional. Lo mismo con varios miembros del Tribunal Constitucional, que no deberían tener asiento en una institución tan importante. Y ya van a elegir al nuevo contralor, no creo que pase de este año. Estamos viendo cómo una institución tras otra está siendo ocupada por personas que no tienen el perfil, la formación ni convicciones democráticas firmes. Por más que en un escenario hipotético, casi de ensueño, tengamos a un buen presidente y a un buen Congreso, vamos a tener a magistrados del TC, a un defensor del Pueblo, a un contralor, posiblemente a un jefe de ONPE y un jefe Reniec de baja calidad, por varios años. Por más que se mejore la parte representativa –que lo dudo– igual tendremos ese problema.

–La última acusación contra Salas Arenas es que se procedió con la inscripción del partido A.N.T.A.U.R.O. Él ha respondido que el JNE no podía impedirla. ¿Debería cambiarse la ley?

–Salas Arenas entiendo que estaba de vacaciones y no votó. Fuera de eso, de lo que se trata es de proteger la democracia, impidiendo o retirando la inscripción de partidos que no adscriben los principios de un Estado de derecho y de un sistema democrático. En el Perú hay un antecedente: Movadef. Una cosa es la documentación que se presenta y otra es la valoración en conjunto de un partido.

–Importan las declaraciones de sus líderes, por ejemplo.

Así es. Por eso se necesita una valoración general. Uno debería preguntarse, ¿importa el partido o importa Antauro Humala? Uno podría decir que importan los dos, pero, en realidad, lo más importante es Antauro Humala. El Congreso tiene una puerta abierta que debería activar: que no puedan ser candidatos personas que incluso han cumplido su condena por determinados delitos, como terrorismo, homicidios, etc. El Parlamento debería discutir esto con mayor profundidad y aprobarlo, incluso, en la propia Constitución. No digo que sea fácil porque se requiere cuidado en la manera de escribir la norma, aunque sí creo que Antauro Humala es un peligro: él va gritando en calles y plazas –con mucho de fanfarronería– un discurso incendiario en un país muy polarizado, además.

–Se ha dicho que la aprobación en el Congreso de la bicameralidad y la reelección son buenas reformas. Pero cuando se ve que se ha eliminado la obligatoriedad de las primarias abiertas y elevado los requisitos para inscribir partidos, la sensación es que todo ha sido armado para beneficiarse ellos mismo. ¿Qué piensa?

–Siempre he estado a favor de la bicameralidad y de la reelección. Es claro, sin embargo, que los congresistas las han aprobado para tener la posibilidad de reelegirse. Ese ha sido el gran incentivo que permitió tener una votación amplia. Se ve claramente en el Senado: han colocado como edad mínima los 45 años. La edad mínima para ser presidente de la República son 35. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Qué de especial tiene un senador? Eso es para que menos personas compitan.

–Y van a poder postular quienes han sido congresistas.  

–Que es para los actuales. Hay 32 personas beneficiadas. Ya no tienen vergüenza. ¿Les interesa el diseño constitucional? No les interesa. Pese a todo, en una balanza está bien lo de la bicameralidad y la reelección. Pero, claramente, concuerdo en que el motivo fundamental ha sido el de ser reelectos.