Política

La Cantuta y Pativilca: dos heridas abiertas

Condenas. Montesinos fue sentenciado a 19 años y 8 meses de prisión por estos casos tras reconocer su responsabilidad en las muertes. Fujimori seguirá en proceso. Aquí un recordatorio de estos 2 sucesos que algunos aún niegan como si no hubieran pasado.

Huella. Lo ocurrido con los estudiantes de La Cantuta seguirá marcando nuestra historia. En el decenio de Fujimori se protegió a los culpables. Foto: difusión
Huella. Lo ocurrido con los estudiantes de La Cantuta seguirá marcando nuestra historia. En el decenio de Fujimori se protegió a los culpables. Foto: difusión

El año de 1992 fue un periodo cruel y sangriento para la historia de nuestro país. En enero se perpetró la masacre de Pativilca; en setiembre —solo seis meses después— secuestraron y desaparecieron a un profesor universitario y nueve estudiantes de la universidad conocida como La Cantuta.

Más de 30 años después de esos dos hechos, por fin, se encuentra justicia. Vladimiro Montesinos, ex jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), fue condenado —tras someterse a la conclusión anticipada— a 19 años y 8 meses de prisión por su autoría mediata en este caso. Alberto Fujimori sigue sin reconocer su responsabilidad, por lo que irá a juicio para demostrar una supuesta inocencia que contrasta con lo ya aceptado por su ex hombre de confianza y asesor presidencial.

Masacre en La Cantuta

Ocurrió el 18 de julio de 1992. Fujimori vivía sus primeros años como presidente de la República. Era de madrugada. Solo dos días antes se había perpetrado el atentado en Tarata, por elementos terroristas. Fue cuando se ordenó la intervención en la residencia de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, con la finalidad de ‘devolver el golpe’ realizado por Sendero Luminoso. La orden de Santiago Martín Rivas fue ejecutar a quienes, según él, eran responsables de lo ocurrido en Miraflores.

La masacre fue perpetrada por el denominado grupo Colina, una organización criminal compuesta por oficiales y suboficiales del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).

Entre los detenidos se encontraban el profesor Hugo Muñoz Sánchez (47) y nueve alumnos: Bertila Lozano Torres (21), Dora Oyague Fierro (21), Luis Enrique Ortiz Perea (21), Armando Richard Amaro Cóndor (25), Robert Édgar Teodoro Espinoza (24), Heráclides Pablo Meza (28), Felipe Flores Chipana (25), Marcelino Rosales Cárdenas (28) y Juan Gabriel Mariños Figueroa (32).

Según testigos —así lo determinaron las investigaciones—, las víctimas fueron obligadas a arrodillarse, con las manos en la nuca y con la mirada hacia abajo, mientras eran insultadas y les gritaban: “Terrucos de m..., así que ustedes eran las cabezas, ahora ya se acabó”, en referencia a la autoría del atentado de Tarata. Tras ello, fueron llevados a un descampado. Los ejecutaron. Y los arrojaron a una fosa común.

Durante las investigaciones y el juicio, se determinó que los estudiantes y el profesor asesinados fueron acusados falsamente de ser integrantes de Sendero Luminoso. Jamás se llegó a probar que alguno de los fallecidos tuviese implicancia en lo sucedido en la calle Tarata.

 Campesinos. En Pativilca, Colina torturó y asesinó a seis. Foto: difusión

Campesinos. En Pativilca, Colina torturó y asesinó a seis. Foto: difusión

El caso Pativilca

La masacre de Pativilca ocurrió el 29 de enero de 1992, en la pampa de San José y Caraqueño, solo tres meses antes se había perpetrado la matanza de Barrios Altos. Perdieron la vida seis campesinos, a quienes se les acusó falsamente de pertenecer a Sendero Luminoso. Nuevamente, el autor de estas muertes fue el grupo Colina, liderado por Santiago Martín Rivas.

Colina llegó durante la madrugada y secuestró a John Calderón Ríos (18), Toribio Ortiz Aponte (25), Felandro Castillo Manrique (38), Pedro Agüero Rivera (35), Ernesto Arias Velásquez (17) y César Rodríguez Esquivel (29).

Tras reducirlos, fueron torturados con un soplete y golpeados. Finalmente, fueron asesinados de disparos a la cabeza y sus cuerpos lanzados a un cañaveral.

La implicancia de Alberto Fujimori quedó registrada en el testimonio del técnico de segunda EP Jorge Ortiz Mantas, integrante del grupo Colina. Él indicó que todo accionar de este grupo criminal pasaba por la orden de los superiores: “En el Ejército no es posible. Nada se hace sin una orden superior”.

Operaba Montesinos, consentía Fujimori

En el caso La Cantuta, tras identificar a los responsables, se determinó que el mayor Santiago Martín Rivas actuó como jefe de las operaciones y fue quien dio la orden para ejecutar a las víctimas. Él operaba bajo los planes directos de Vladimiro Montesinos, el ex jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), con el conocimiento y consentimiento del entonces presidente Alberto Fujimori.

Finalmente, a más de 30 años de estos hechos criminales, Vladimiro Montesinos es condenado. Y su socio de gobierno y con el que aparecía en el liderazgo, Alberto Fujimori, decide ir a juicio por estos casos, pese a que precisamente el reconocimiento del delito por parte de su ex brazo derecho, Montesinos Torres, complica su situación legal e incrementa la posibilidad de que pueda ser condenado.

La defensa del hombre que gobernó el país en la década de los 90 tiene como estrategia rebatir la tesis fiscal de la autoría mediata.