Política

Congreso confirmaría ambición de poder si rechaza propuesta para nuevas elecciones

Especialistas señalan que, de presentarse la iniciativa ciudadana, el Legislativo debería escuchar y resolver sin intereses personales. No obstante, advierten que el problema de fondo es el sistema de representación política.

Según las encuestas, el Congreso y la Presidencia tienen baja aprobación de la población, lo cual refleja el hartazgo de la sociedad. Foto: composición Gerson Cardoso/La República
Según las encuestas, el Congreso y la Presidencia tienen baja aprobación de la población, lo cual refleja el hartazgo de la sociedad. Foto: composición Gerson Cardoso/La República

El expresidente Francisco Sagasti ha abierto el debate nacional tras plantear durante una entrevista que la ciudadanía se puede organizar para solicitar que se convoquen nuevas elecciones generales. Esto ocurriría mediante un proyecto de ley para realizar una modificación constitucional que se presentaría al Congreso luego de adherirse 75.600 firmas de la población.

Esta propuesta tendría que ser evaluada por la Comisión de Constitución, y de ser aprobada pasaría al Pleno para su votación más un referéndum. Sin embargo, también existe la posibilidad de que sea archivada y se haga oídos sordos al descontento de la población sobre sus autoridades.

Según la analista política Katherine Zegarra, esto mermaría aún más la ya desgastada imagen del Congreso y reflejaría que los parlamentarios prefieren quedarse en el poder a velar por los requerimientos de la gente.

“Debido a la baja popularidad y al incremento de este movimiento que se hizo con respecto a que se vayan todos, se ha visto la voluntad de los parlamentarios de querer quedarse. El hecho de que probablemente rechacen el PL va a impulsar esa imagen, en la que ellos priorizan el mantenimiento del poder en lugar del sentimiento popular de que haya un cambio”, declaró a La República.

En este sentido, precisó que la baja aprobación que presentan tanto el Ejecutivo como el Legislativo “da luces sobre la situación de hartazgo ciudadano que tienen sobre la crisis y sobre la mala gestión de ambos poderes”.

Ante la posibilidad de la presentación del proyecto de ley para adelantar las elecciones, Zegarra indicó que el Parlamento podría tomar dos caminos. El primero sería que escuchen “de manera más abierta” a la población; el segundo, que le den la espalda a la ciudadanía y disminuya más la credibilidad de la institución que representan.

“(El Congreso debe actuar) con mucha responsabilidad y con una actitud de escuchar a la ciudadanía, más allá de sus propios intereses. (…) Deberían cambiar su comportamiento, presentar mayor control político de una manera responsable y no actuar como apañador del Gobierno, además de eliminar cualquier tipo de repartija del poder”, acotó.

“El Congreso definitivamente quiere quedarse en el poder”

Por su parte, el politólogo Alonso Cárdenas coincidió en que la representación nacional da muestras de aferrarse al cargo y al poder que este representa, y lo deja notar en aparentes arreglos con el Gobierno del presidente Pedro Castillo.

“El Congreso, definitivamente, quiere quedarse en el poder, por eso tienen esa luna de miel forzada con el Ejecutivo. El Congreso sabe que, si se abre la caja de Pandora de la vacancia, esa vacancia no sería aceptada solamente para la caída de Pedro Castillo, sino que se impulsaría a unas nuevas elecciones congresales. No olvidemos que el Congreso tiene mayor desaprobación que el Ejecutivo”, manifestó a este medio.

También comentó que recabar 75.000 firmas podría ser relativamente sencillo, pero el proceso en el Congreso es lo que realmente sería más complicado, además de tardío. No obstante, resaltó que las nuevas elecciones no son el problema real de la crisis política.

“Si se adelantan elecciones, no creo que tengamos resultados diferentes, porque el problema central estructural de fondo es el sistema de representación política en el Perú, que es el más repudiado en Latinoamérica. Si nosotros hacemos elecciones bajo las mismas reglas, no va a haber resultados distintos”, sostuvo.

De este modo, Cárdenas incentivó a la sociedad civil a que se organice mejor para atacar el problema de fondo, que sería el sistema político peruano, del cual opina que “está en una crisis terminal, pero se niega a morir”.