Violencia de género: una problemática social y pública, no un “tema personal”
Luego de las declaraciones del titular del Mindef, es necesario preguntarnos si se trata de un tema aislado y privado o si corresponde hacerle frente a un problema estructural. Especialistas consideran que pensar la violencia como un asunto a resolverse en los hogares pone en riesgo la vida de las mujeres.
En el 2016, el nuevo titular del gabinete, Héctor Valer, fue denunciado por agresión física contra su difunta esposa y su hija. Al consultarle por este hecho de violencia de género al ministro de Defensa, José Luis Gavidia, este respondió que en el Consejo de Ministros no tocaron “ningún tema personal”. “Los temas personales realmente son personales. Yo tengo un tema muy personal, probablemente se tienen algunas interrogaciones”, declaró Gavidia durante una conferencia de prensa convocada por la PCM en la que Valer no estuvo presente.
Angélica Motta, antropóloga feminista, manifestó a este diario su preocupación por estas declaraciones debido a que justifican y refuerzan la violencia contra las mujeres que le ha quitado —y sigue quitando— la vida a miles de ellas. ”Esto es peligrosísimo porque son discursos que sustentan una relación jerárquica de poder que tradicionalmente hemos visto que sostiene violencia cotidiana contra mujeres, niños y niñas, abusos sexuales, feminicidios. Si una autoridad sigue defendiendo estos discursos que amparan el ejercicio de la violencia, pues estamos en riesgo”, detalla la especialista en género.
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En consulta con La República, la psicóloga Noelia Rodríguez señala que la violencia de género es un asunto público porque se trata de un tipo de violencia estructural. “Es un problema que tiene una base machista y patriarcal que se basa en la desigualdad de género en detrimento de la mujer”, explica Rodríguez Espartal.
Para la docente de la PUCP, luego de que durante mucho tiempo se considerara a la violencia como “un asunto privado que solo correspondía a la pareja”, se logró reconocer que esta problemática no era un hecho aislado, por lo que las mujeres empezaron a hablar cada vez más sobre lo que vivían en sus hogares y así salió al ámbito público. “Ya nos empezamos a dar cuenta de que es algo que nos compete a todos y todas y que es el conjunto de la sociedad que debe trabajar para erradicarla”, enfatizó la especialista.
Por su parte, Motta explica que históricamente se ha construido y fortalecido el discurso de que la violencia contra las mujeres es un tema personal bajo el supuesto de que, en el mundo de la familia y de la casa, hay un jefe, que es el hombre —el patriarca—, que tiene el control de la familia y la posibilidad de poner orden, incluso con el uso de la violencia.
“Desde una perspectiva machista y patriarcal se quiere conservar el ámbito del hogar como uno donde prima el poder del supuesto jefe de familia. Es una manera muy arcaica de ver la sociedad. Estamos en un mundo y un tiempo en el cual tenemos que afirmar derechos ciudadanos de todos, todas y todes, de modo que las mujeres debemos tener ciudadanía plena. No es que en la casa estamos bajo el yugo de un hombre que pueda hacer con nosotras lo que quiere, incluso violentarnos físicamente. Eso se acabó”, resalta la experta.
Por ello, las personas que están en posición de autoridad “tienen el deber de afirmar derechos y ciudadanía a todes”. “Decir que son cosas personales o del ámbito del hogar es una manera de invisibilizar esta falta de acceso a ciudadanía plena de las mujeres que todavía persiste y que tenemos que desterrar. La casa no es esa burbuja donde no hay ciudadanía”, añade.
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Para Rodríguez, es “sumamente peligroso” reducir la violencia hacia un tema solo personal porque hacerlo quiere decir que “no vamos a poder implicarnos en ello”, en lo que la dimensión del problema significa. Según la especialista en psicología y género, esto se aleja de una realidad con una alta cantidad de feminicidios: 136 en el 2021, según el Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp).
“Entonces, estaríamos siendo nosotros y nosotras mismas propiamente violentos también al no prestar ayuda y no reconocer que es un problema que nos compete a toda la sociedad”, resaltó la docente universitaria especializada en agresión y violencia de género.
En ese sentido, Motta agrega que no se deben admitir este tipo de discursos en las autoridades, pues no se debe tolerar la violencia y los discursos que la avalan y la promueven, como en este caso, ya que si personas que tienen poder como el primer ministro y el titular del Mindef normalizan la violencia dentro de los hogares terminan por poner en riesgo la vida y la integridad de mujeres y de personas de la diversidad sexual y de género.
Designación de Katy Ugarte como ministra de la Mujer
Angélica Motta también lamenta el nombramiento de la parlamentaria de Perú Libre Katy Ugarte como actual ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Para la especialista, no es casualidad que, junto a autoridades como el ministro de Defensa, José Luis Gavidia, o Valer, a quien considera como un agresor, al mismo tiempo tengamos a una ministra que “claramente en sus declaraciones ha dejado dibujada una posición de alianza con los sectores antiderechos” que vulneran a mujeres y diversidades.
Finalmente, la antropóloga feminista considera que dichas declaraciones no son un eco aislado porque se tratan de algo grave, pues se ve a un gabinete que “lo que hace es explicitar una alianza política del presidente Castillo con el sector antiderechos” en un país machista donde, cada año, mueren mujeres a causa de ese machismo.
Diferencias y similitudes entre violencia de género y violencia familiar
- Diferencias:
- Mientras la violencia de género afecta a la mujer y diversidades, la violencia familiar se manifiesta dentro de la familia y su hogar.
- Si bien ambas son tipos de violencia, la familiar puede ejercerse contra alguna integrante mujer de la familia, es decir, como violencia de género.
- Similitudes:
- Ambas son manifestaciones estructurales de la violencia con distintas víctimas y escenarios.
Canales de ayuda
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.
Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).