Política

María del Carmen Alva cierra puertas a posible asamblea constituyente

Contra voluntad popular. Según presidenta del Congreso, todo cambio de la Constitución es exclusividad del Congreso.

Daño. Presidenta del Congreso bloquea voluntad popular. Foto: Congreso
Daño. Presidenta del Congreso bloquea voluntad popular. Foto: Congreso

La presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, reiteró ayer su postura contra la convocatoria a una asamblea nacional constituyente para una nueva Constitución.

“No requerimos de una asamblea constituyente. Ya lo hemos debatido y explicado en todos los idiomas. La Constitución se modifica en el Congreso, no requerimos de asamblea constituyente”, zanjó la también congresista de Acción Popular (AP).

La titular de la Mesa Directiva comparte la postura de que todo ajuste parcial o total de la Carta Magna debe pasar, de todas maneras, por la venia del Parlamento. De esta manera se bloquean otros mecanismos para que se realice una consulta popular para una nueva Constitución.

Con este anuncio, Alva deja el tema en manos de la Comisión de Constitución del Congreso, presidida por Patricia Juárez, de Fuerza Popular.

“Desde la Comisión de Constitución hay grupos de trabajo para hacer las modificaciones que se requieran para la coyuntura”, acotó la titular del Legislativo.

El problema es que Alva no dice que en la comisión de Juárez solo se aborda lo que es prioridad para las bancadas de oposición y los aliados del fujimorismo. Un ejemplo de esto es que la propuesta del Ejecutivo para reformar la aplicación de la vacancia presidencial aún ni tiene un dictamen aprobado.

Juntos por el Perú presentó el 1 de febrero, vía la congresista Sigrid Bazán, un proyecto de reforma constitucional para que los procesados por terrorismo, tráfico de influencia, cohecho, enriquecimiento ilícito y lavado de activos no puedan postular a la presidencia. La iniciativa también queda en manos de la comisión Juárez, que cuenta con el respaldo de Alva.

Ayer se amplió la legislatura hasta el lunes 28 de febrero. Tienen tiempo para discutir las reformas pendientes, pero es incierto si habrá voluntad.