Dictan 20 años y 6 meses de prisión contra Toledo
Política

“Cerrar el Congreso sería una urgencia de la higiene pública”, afirma Hildebrandt

El fujimorismo es una mafia que “nació en la trampa”, asegura el periodista César Hildebrandt. Además, sostiene que es una burla al presidente Martín Vizcarra que se mantenga la inmunidad parlamentaria como potestad del Congreso.

El levantamiento de la inmunidad parlamentaria continuará siendo una potestad del Congreso de la República, luego de que se rechazara el pasado jueves la propuesta del Poder Ejecutivo, a pesar de estar respaldada en el voto de confianza, para que la Corte Suprema se encargue de dicha facultad. Este acto, para el periodista César Hildebrandt, es una muestra más de que el fujimorismo se burla del Gobierno y, en especial, del presidente Martín Vizcarra.

Hildebrandt señala que Rosa Bartra de Fuerza Popular cumplió lo impuesto por su lideresa Keiko Fujimori sobre el hacer cumplir “su programa de gobierno” desde el Congreso. Por lo que la legisladora al ocupar el cargo de presidenta de la Comisión de Constitución dirigió la modificación, y en algunos casos la desnaturalización, de las propuestas de ley que el Gobierno presentó.

“Bartra y su pandilla han decidido que siga siendo el Congreso el que ‘juzgue’ qué otorongo merece ser entregado a la justicia”, escribió en su columna del semanario que dirige ‘Hildebrandt en sus trece’.

Además, criticó que en la norma aprobada en el Pleno, y recomendada por la comisión que Bartra lideró, se establezca como requisito que haya una “sentencia firme” y no solo sentencia en primera instancia para pedir el levantamiento del fuero parlamentario. También que el “blindaje” se extienda desde el mismo momento de la elección.

“Eso quiere decir que el Congreso se ha burlado de Martín Vizcarra, del primer ministro y de todos quienes en el gabinete le susurraban en el oído al presidente que estos eran nuevos tiempos, que la borrasca había terminado y que esta vez sí que el fujimorismo conciliaba en bien del país”, continuó.

“El fujimorismo es una mafia”

El director del semanario rememoró los hechos desde que el fujimorismo llegó al poder en el Perú, con el expresidente y ahora sentenciado Alberto Fujimori. Recordó cuando el exmandatario implementó el programa económico al ser elegido, a pesar de haber prometido no hacerlo.

“El fujimorismo posee el don de la inmutabilidad. Nació en la trampa, creció en el delito, se mantuvo en la impunidad. No es un partido sino una mafia alimentada electoralmente por la indignidad y sostenida financieramente por la cosecha de los 90 y los aportes de narcotraficantes y empresarios sin escrúpulos que se hicieron ricos cuando Fujimori remató empresas públicas a precio de ganga y dio leyes con nombre y apellido, ¿verdad, mister Chlimper?”, compartió.

También cuando su entonces asesor de campaña Francico Loayza fue reemplazado de manera abrupta por Vladimiro Monstesinos cuando el líder del fujimorismo obtuvo el poder. Hasta su propia esposa, Susana Higuchi, denunció que las hermanas del presidente robaban las donaciones de ropas y como el mismo Alberto se apropiaba del dinero de caridad.

“Por eso decimos que el fujimorismo tiene una identidad irrenunciable. El crimen le sirve, la chaira lo hace salivar, la promesa rota le arranca gemidos de placer. El fujimorismo es pétreo, como le gustaba decir a Valle Riestra cuando hablaba de los principios del derecho”, sentencia.

“Cierre el Congreso”

César Hildebrandt indicó que ante esta situación política, el presidente Martín Vizcarra tiene dos opciones: el de un “entendimiento con la mafia” o el de disolver el Congreso, cuyo objetivo será el refundar las instituciones.

El periodista reitera que Fuerza Popular al insertarse en el poder no permite que se logren los cambios que el país necesita, y que esta bancada no debe participar como autoridad en el bicentenario.

“Frente a este grosero agravio, al presidente de la República le quedan dos opciones. O se traga el sapo y permite que el suma cero se haga crónico, o acepta el desafío, recuerda su disolvente promesa, esgrime el derecho constitucional y cierra el Congreso olvidándose de la sórdida alianza que el Tribunal Constitucional y el fujimorismo puedan urdir”, señala.

Sostiene que el cerrar el Poder Legislativo será la manera de “desatar la lluvia cívica que limpie lo más sucio que tenemos”, refiriéndose a los congresistas “que se han atrincherado” en el Parlamento.

“Cerrar el Congreso no sería un gesto político. Sería una urgencia de la higiene pública. Sería el primer paso de un largo camino cuyo objetivo no puede ser otro que refundar nuestras instituciones. Entre ellas, el Tribunal Constitucional, podrido de intereses subalternos”, finalizó Hildebrandt.