Interceptación legal. Gracias al espionaje telefónico legal quedó al descubierto una organización criminal que pretendía sustraer a Keiko Fujimori de la investigación fiscal por presunto lavado de activos durante la campaña presidencial de 2011.,"Porque es menor de edad la chica, seguro, ¿no? ¿Cuántos años tiene? ¿Diez años? ¿Once añitos? ¿Qué es lo que quieren? ¿Que le baje la pena o que lo declaren inocente?”. Ex juez supremo César Hinostroza Pariachi con personaje no identificado. "Como garantía, sino pasa nada lo devolvemos. Estoy pensando en 10 verdecitos… Proponle, pero como garantía, doy mi palabra. Si sale en esta, bacán, si no sale, se lo devuelvo". Expresidente de Corte del Callao Walter Ríos con su asesor personal. PUEDES VER Edwin Oviedo: audiencia se reanudará este miércoles a las 9:00 a.m. "Me llamó la señora y quiere mañana a la 1:00 p.m. juntarse unos minutitos con usted en mi casa. (...) K. La que usted fue a su casa (...) Caramba, este... de la fuerza número uno, pues". Antonio Camayo Valverde con el ex juez supremo Hinostroza. "Rapidito porque estoy en una reunión. Dime, hermano, te escucho. (...) Claro que sí, cuenta con mi apoyo... Habla nomás, con Lechuga nomás... Dile que hemos conversado". Fiscal Pedro Chávarry Vallejos con el exjuez César Hinostroza. Así comenzó el sonado escándalo de corrupción, mentiras y sobornos, cuyas ondas expansivas continúan, imparables, devastadores, interminables. Dos fiscales que investigaban el crimen organizado en el Callao, Rocío Sánchez Saavedra y Sandra Castro Castillo, en la primera mitad de 2017 detectaron que hampones implicados en extorsión, sicariato y narcotráfico, tenían nexos en el Poder Judicial y en el Ministerio Público que los encubrían, exculpaban y dejaban en libertad. Para identificar a la red, solicitaron y consiguieron que el juez Cerapio Roque Huamancóndor, autorizara la interceptación telefónica de los sospechosos. Los reportes del espionaje telefónico del caso que fue bautizado como Los Castañuelas del Rich Port, fueron sorprendentes: los abogados de los delincuentes estaban enlazados en secreto con jueces y fiscales. Entonces, Rocío Sánchez y Sandra Castro decidieron abrir un nuevo expediente para el caso que denominaron Los Cuellos Blancos del Puerto y pidieron más interceptaciones telefónicas. Nadie sabía a fines de 2017, que esta determinación de las fiscales Sánchez y Castro, contribuiría a destapar. Se trataba de una organización criminal de insospechadas dimensiones. Alcanzaba a la Corte Superior y el Ministerio Público del Callao. A todos los integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), a congresistas de Fuerza Popular y del Apra, al presidente del Poder Judicial, a varios vocales y fiscales supremos, entre ellos los que eligieron como fiscal de la Nación a Pedro Chávarry Vallejos. Por supuesto, también había sido grabado el mismo Chávarry en conversaciones complacientes, incómodas, cómplices con Los Cuellos Blancos del Puerto, como lo reportaron las fiscales Rocío Sánchez y Sandra Castro. Vasos comunicantes PUEDES VER Fotos comprueban que Oviedo entregó entradas de partidos a Hinostroza [VIDEO] Todo el proceso investigativo parecía seguir su curso normal, pero de pronto, enterados de las grabaciones, Los Cuellos Blancos del Puerto de inmediato intentaron entorpecer, desactivar, destruir el caso de las fiscales Sánchez y Castro. Ciertamente, acumulaban suficiente poder como para enterrar el expediente en la fosa común del olvido. Hasta que la plataforma digital de periodismo de investigación, IDL-Reporteros, providencialmente divulgó algunos de los audios que dejaban en evidencia la actuación corrupta de Los Cuellos Blancos del Puerto, las dimensiones de su nefasta influencia en el Poder Judicial, el Ministerio Público y el CNM, en particular, y el pago de sobornos, favores y otros beneficios notoriamente ilícitos. Conforme salían al aire las grabaciones quedaba evidencia que la organización criminal había invadido con sus tentáculos todo el sistema judicial en Lima y en el interior del país. Las conversaciones intervenidas al expresidente de la corte chalaca Walter Ríos, vincularon al exjuez supremo César Hinostroza; los diálogos interceptados a este condujeron al expresidente del CNM Orlando Velásquez, y a exintegrantes del colegiado, entre ellos, Guido Aguila, Iván Noguera y Julio Gutiérrez. Y estos a su vez fueron interferidos al habla con el fujimorista Héctor Becerril y con el aprista Mauricio Mulder. Todos, de alguna forma u otra, enganchados con dos conocidos operadores, los empresarios Antonio Camayo Valverde y Mario Mendoza Díaz, quienes pagaban almuerzos, cenas, fiestas íntimas, a las que concurrían figuras distinguidas de Los Cuellos Blancos del Puerto para negociar con sus potenciales clientes, entre ellos, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Edwin Oviedo. Probablemente, la revelación más contundente que se encontraba en los audios de las escuchas a la organización criminal es en la que se revela que Keiko Fujimori contactó con uno de los capos de la mafia, el exjuez supremo César Hinostroza. El interés de la lideresa naranja era porque Hinostroza debía resolver una casación que presentó esta contra la investigación por lavado de activos. De haber logrado su cometido, Keiko Fujimori habría salido airosamente librado de ese caso por el que ahora está detenida.