Sobre la distancia creciente entre ciudadanos y políticos.,Varios de los libros más relevantes sobre el Perú los publica el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), y su título más reciente Afectos y desafectos, las diversas subculturas políticas en Lima, de Hernán Chaparro, es, sin duda, uno de ellos. El libro ayuda mucho a comprender el profundo y creciente alejamiento en el Perú, desde hace varios años, entre la ciudadanía y la política, lo cual es oportuno cuando esa distancia se ha manifestado de manera tan rotunda en el resultado del referéndum del domingo pasado. El libro de Chaparro constituye un ejercicio de incorporar lo subjetivo, a través del concepto de cultura política, en el análisis político, específicamente en el ámbito de Lima. El estudio identifica en Lima una cultura dominante populista que promueve y tolera eso que se llama ‘mano dura’ en un clima de apatía, alienación política y bajo capital social que se plasma en la desconfianza interpersonal, el bajo respeto a las normas y la escasa participación ciudadana en asociaciones, lo cual explica la debilidad del tejido social y que las soluciones a los problemas sean individuales en vez de colectivas. El estudio evidencia, además, que si bien la mayoría apoya la democracia –asociada a la idea de igualdad ante la ley–, la ciudadanía está muy insatisfecha con el funcionamiento de esta. No es que la gente tenga una vocación antisistema, sino que el lamentable desempeño de los principales políticos aleja a la gente de la política y de los asuntos públicos. Chaparro identifica cuatro subculturas políticas en Lima: conformistas desinteresados (41%), renegados insatisfechos (31%), leales institucionales (16%) y críticos participativos (12%). Asimismo, el 72% de quienes viven en la capital tiene una relación de desafecto/apatía o de alienación/afectos negativos con el sistema político. Esto, sin embargo, podría cambiar si se produjeran cambios positivos en el sistema político y en los políticos. La oportunidad del libro sobre los afectos y los desafectos en la cultura política en Lima que ha escrito Hernán Chaparro hace que sea de gran utilidad para académicos; así como para periodistas que pretenden tratar como subnormales a los electores con el fin de que calcen con sus teorías, filias y fobias; y, principalmente, para los políticos, tanto para los que quieran entender por qué el ciudadano los despidió con una patada en el trasero el domingo del referéndum, como para los que pretendan reemplazarlos y evitar que les pase lo mismo porque no entendieron a la gente.