FP dice que está en una nueva etapa pero hace lo mismo.,Fuerza Popular perdió la oportunidad de la prisión preventiva a Keiko Fujimori para demostrar que está en la nueva etapa política que anuncia, y se alista a mantener invicta su capacidad de errar desde que perdió la elección en junio 2016. Nadie le pide al fujimorismo satisfacción con la resolución del juez Richard Concepción Carhuancho que, a solicitud del fiscal Domingo Pérez, impuso 36 meses de prisión preventiva a Keiko Fujimori, pero podría mejorar sus argumentos. Una evidencia clave de la obstaculización a la justicia que decidió la prisión preventiva son las conversaciones de ‘la botika’ porque revelan acciones concretas para trabar la labor de fiscales y de usar para eso a ‘su’ fiscal de la nación Pedro Chávarry. Eso se concluye con la aparición de la bancada de FP -o lo que queda de esta- apenas conocida la prisión preventiva para declarar, a través del jefe temporal Miki Torres, que “Keiko es la primera presa política del Perú”. Eso es una mentira más en la larga serie de falsedades con las que FP construye su argumentario. A Keiko Fujimori no la procesan por su penoso comportamiento político sino por supuestos delitos que ha cometido. Hablar de persecución política es ridículo tras los elogios que FP regaló a Concepción cuando este envió a prisión a Ollanta Humala y Nadine Heredia. “Medida histórica del juez Carhuancho no es persecución política. Es justicia. Juez correcto, valiente”, dijo entonces Lourdes Alcorta. FP seguirá haciendo lo que ya ha venido haciendo. Primero, usar a Chávarry para perseguir pero de un modo tan ramplón que hasta lo anuncia en Twitter: “El fiscal Pérez tiene un interés político coordinado con el gobierno. Su interés es tapar la investigación del caso #Chinchero. ¿Quién tiene el expediente y no permite que avance el caso? El fiscal Pérez”. Segundo, preservar la alianza del fujiaprismo, reflejada en el penoso tuit de ayer de Alan García en respaldo a Keiko Fujimori y el fiscal Chávarry. Tercero, seguir usando la comisión lava jato presidida por la muy desprestigiada Rosa Bartra, para blindar a Keiko Fujimori y Alan García, y perseguir a quienes los incomoden. Cuarto, seguir poniendo en la TV a voceros como Úrsula Letona para hablar tonterías en entrevistas como negar la evidencia escrita en el chat. Podrán cerrar el chat ‘la botika’ como antes lo hicieron con la ‘mototaxi’, y cambiar de voceros, pero el comportamiento político que los ha llevado al descalabro parece que seguirá en acción para perjuicio de FP y, obviamente, del país.