¿Se viene un tiempo nuevo en la iglesia peruana? Ojalá. / "En el mismo día en que Cipriani era condecorado por la bancada fujialanista, Barreto decía que “el congreso, con algunas excepciones, está de espalda a la realidad del Perú".,Le vendrán muy bien a la relación de la iglesia católica con los peruanos y al Perú, la visión del nuevo cardenal Pedro Barreto para tener una mirada del país distinta, balanceada y, sobre todo, cercana a la gente que la mostrada durante casi dos décadas por el cardenal Juan Luis Cipriani. El contraste es evidente. Este fin de semana, por ejemplo, Cipriani se refirió a los audios de la corrupción diciendo que “son como un chantaje porque van saliendo de a poquitos”, mientras Barreto criticó con claridad al fiscal Pedro Chávarry y al vocal supremo César Hinostroza por mentiroso y falto de ética, respectivamente. La diferencia entre ambos arrancó desde la designación del nuevo cardenal. En el mismo día en que Cipriani era condecorado por la bancada fujialanista, Barreto decía que “el congreso, con algunas excepciones, está de espalda a la realidad del Perú, lo cual significa una corrupción inaceptable”. La existencia de dos cardenales peruanos coincide con la mayor notoriedad sobre hechos relevantes por parte de la Conferencia Episcopal, la principal instancia católica del país, presidida, por elección de los obispos, por monseñor Miguel Cabrejos. Volviendo a las diferencias de enfoque entre los dos cardenales, esto también ha sido evidente por los abusos sexuales y psicológicos perpetrados por el Sodalicio, a cuyo fundador Luis Fernando Figari, Barreto ha llamado un “pervertido”, mientras que el arzobispado de Lima de Cipriani ha tenido una actitud contemplativa por decir lo menos. Es un caso en el que falta avanzar con celeridad y rigurosidad. Por ejemplo, el país debió ser informado oportunamente de la apelación que Figari presentó al Vaticano hace poco. Asimismo, se debe atender los requerimientos de la 25° fiscalía provincial de Lima en la investigación a Juan Luis Cipriani Thorne, Víctor Huapaya Quispe, Enrique Elías Dupuy y Alessandro Moroni Llabrés “por la presunta comisión de los delitos contra la administración de justicia –encubrimiento real, encubrimiento personal, omisión de denuncia, y obstrucción de la justicia, en agravio del estado, y por la presunta comisión del delito contra la libertad sexual –violación sexual de menor de edad (en calidad de cómplices), en agravio de menores de edad no identificados”. Y se debe dilucidar a quién se refirió el chileno Juan Carlos Cruz en su paso por Lima cuando a unos periodistas distraídos les dijo que “un miembro importante del episcopado peruano tiene una grave denuncia ante el Vaticano”, como recordó Pedro Salinas en su columna el domingo.