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La trágica vida de Rosemary Kennedy: la hermana del expresidente oculta que sufrió una lobotomía

Hambriento de poder, el patriarca de los Kennedy prefirió un fatal destino para una de sus hijas, a quien escondió de la vida pública por los problemas que padecía.

Rosemery Kennedy fue ocultada por su familia luego de que se le hizo una lobotomía. Foto: composición LR/ABC/JFK Library Foundation
Rosemery Kennedy fue ocultada por su familia luego de que se le hizo una lobotomía. Foto: composición LR/ABC/JFK Library Foundation

La historia de Estados Unidos está llena de famosas dinastías que formaron parte de las decisiones más importantes de este país. Una de ellas es el clan Kennedy, recordado por su gran participación en el escenario político de esta nación. Sin embargo, por años mantuvo en secreto a una de sus integrantes: Rosemary Kennedy, la mayor de las hijas mujeres, y cuya vida tuvo un trágico final debido a las ambiciones de su padre.

 Todos los miembros de la familia Kennedy. Foto: Bachrach

Todos los miembros de la familia Kennedy. Foto: Bachrach

Un complicado nacimiento 

Rosemary Kennedy nació el 13 de septiembre de 1918, siendo la tercera de los nueve hijos del clan Kennedy. Su llegada a este mundo no fue sencilla, ya que, ante la falta de médicos por la epidemia de la gripe española, la partera que atendió a su madre, Rose Kennedy, le dijo que mantuviera las piernas cerradas y apretadas, para evitar que diera a luz antes de que llegara el doctor.

 Rosemary era la mayor de las hijas de la familia Kennedy. Foto: Keystone

Rosemary era la mayor de las hijas de la familia Kennedy. Foto: Keystone

Esta situación provocó daños en la bebé, a quien, debido a las dificultades que tuvo para respirar al nacer, se le diagnosticó con un leve retraso mental. “En las semanas después del parto, apenas lloraba, estaba la mayor parte del tiempo en silencio”, señaló Stella Koehler, enfermera de Rosemary. 

Los Kennedy no dejaron que los problemas de su hija se supieran, por lo que aprovecharon la facilidad que la joven obtuvo para desenvolverse en el ámbito social, sobre todo cuando a su padre Joseph Patrick Kennedy se le designó como embajador de Estados Unidos en Reino Unido.

Lamentablemente, todo cambió para Rosemary cuando el cargo de su progenitor fue retirado y tuvieron que regresar a su país. La joven empezó a mostrar una notable desmejora en su comportamiento al tener episodios violentos y rabietas, en los que atacó a quienes la rodeaban.

Rosemary junto con su padre, Joseph Kennedy. Foto: Bettmann

Rosemary junto con su padre, Joseph Kennedy. Foto: Bettmann

Por ello, su familia creyó que encerrarla en un convento le pondría fin a los problemas que le generaba la muchacha; sin embargo, esto no fue así, ya que se escapaba durante las noches para ingresar a pubs, en los que buscaba divertirse conociendo hombres.

Un escandalizado Joseph Kennedy se negó a la posibilidad de que estas historias lleguen a los oídos de la prensa y al país en general, por lo que tomó una devastadora decisión, interponiendo sus intereses personales ante la salud de su hija.

Un trágico procedimiento 

Sin consultar a nadie, Joseph Kennedy decidió que Rosmery, de tan solo 23 años, pase por una lobotomía, procedimiento en el que se separaban o eliminaban las vías entre los lóbulos del cerebro. En ese entonces, se pensaba que era una cura para trastornos psicológicos como el alcoholismo y la ninfomanía, esta última se le diagnosticó erróneamente a la joven.  

Rosemary Kennedy junto con su hermana menor, Jean. Foto: Elizabeth Koehler-Pentacoff

Rosemary Kennedy junto con su hermana menor, Jean. Foto: Elizabeth Koehler-Pentacoff

Una vez culminado el procedimiento, la muchacha no volvió a ser la misma. Ya no podía caminar ni hablar, por lo que se le ingresó a una institución llamada St. Coletta, en la que debía contar con cuidados permanentes.

De esta manera, Rosemary permaneció por años encerrada, tiempo en el que su padre nunca se dignó en visitarla, mientras que su madre lo hizo solo dos décadas después del fatal procedimiento. Finalmente, falleció el 7 de enero de 2005, a los 86 años. Fue, de los 9 hijos de los Kennedy, la quinta en morir y la primera debido a causas naturales.