Entrevista/Luis Gonzales Posada. Congresista de la República. El titular de la comisión de Relaciones Exteriores en el Congreso habla del buen momento que atraviesan las relaciones del Perú con el vecino país del norte. Miguel Gutiérrez. Congresista, ¿qué significa para usted el tercer encuentro entre el presidente Alan García y su homólogo ecuatoriano Rafael Correa? Viene a ser una consolidación expansiva. Estamos cosechando lo que empezamos hace unos años. Recordará que en 1995 toda la frontera era una zona de guerra. El intercambio comercial era de 117 millones de dólares. Desde entonces, se ha producido un despliegue de proyecciones incalculables porque este año cerramos una serie de inversiones superior a los 614 millones de dólares. A ello se debe agregar que las inversiones en ambos lados de la frontera superan los 3 mil millones de dólares. ¿Pero se ha logrado beneficiar directamente a la población que comparte esta frontera? Estas inversiones han permitido que un millón de personas se hayan beneficiado con servicio de agua y saneamiento, y otras 800 mil con electricidad, construcción de escuelas y piscigranjas. Hay temas no menos simbólicos, como el repliegue de fuerzas militares. Entonces, ¿nunca antes estuvieron mejor las relaciones con Ecuador? Ahora sucede hechos que en los años 90 eran impensables como la posibilidad de que empresas peruanas inviertan en ese país. Eso habría creado una revuelta en el Ecuador. Como también hubiese creado revueltas en el Perú si empresas ecuatorianas invertían en nuestro territorio. ¿La situación que describe no responde sólo a la buena química existente entre Correa y García? Se ha construido una política de Estado. La labor que ha desplegado la Cancillería ha sido excepcional. Son pasos gigantescos como políticas de Estado y medidas de confianza y que en el caso ecuatoriano tiene un significado muy grande. Los otros vecinos Esta relación de integración con Ecuador parece no ir al mismo ritmo con Bolivia en estos tiempos... Con Bolivia tenemos diferencias notables, por ejemplo a nivel de gobierno. No creen en el actual TLC con los Estados Unidos mientras que nosotros sí. ¿No será más bien un problema de afinidad del gobierno peruano con el actual gobernante de Bolivia? Tenemos diferencias políticas con Evo Morales y las respetamos, como él debe respetar las nuestras. Pese a ello, hemos acordado que cada uno realice sus actividades por separado, y construyendo relaciones sumamente positivas que se expresan en la idea de reactivar el proyecto BoliviaMar. Las diferencias también se mantienen con Chile, pese a las señales amistosas entre los presidentes de ambos países... Tenemos un punto brumoso, que es Chile. Las relaciones no son de las mejores a pesar del esfuerzo que hacemos. Chile quiere que clonemos su política exterior, es decir, que aceptemos los límites marítimos que ellos nos señalan. Eso es imposible. Hemos recurrido a los tribunales internacionales porque estamos en nuestro derecho, como ellos estuvieron en su derecho unilateral de recurrir al arbitraje en los conflictos que mantuvieron con Inglaterra. Con esta nación, ¿usted no se anima a pronosticar un mejoramiento a corto plazo? Quienes agitan estos temas con Chile son los vendedores de armas. A ellos les conviene que haya conflictos. Cada vez que hubo una propuesta para eliminar la ley que da 10% para compras militares, siempre hay una frase altisonante de parte de Chile. Creo que su actitud responde mucho a gente que quiere perturbar las relaciones diplomáticas. “Es una gran señal lo ocurrido con Teleamazonas” ¿Le resulta significativo en estos tiempos que uno de los propietarios del canal ecuatoriano Teleamazonas sea del Grupo La República, una empresa peruana? Esto hubiera sido impensable en otros tiempos, pero es tanta la hermandad actual que si los inversores eucatorianos compran empresas peruanas, nosotros los saludamos como pueblos hermanos. A nadie en el Ecuador se la ha ocurrido hacer una observación y ese es el rédito de una buena política exterior. Lo digo porque ya no hay nada en disputa y las fronteras están abiertas. ¿Considera entonces que es positivo este tipo de inversiones entre ambas naciones? Me alegro mucho porque es una extraordinaria señal lo ocurrido con TeleAmazonas. Es también una gran señal de que empresas ecuatorianas estén construyendo la red vial número 6, la gran autopista al sur, una inversión de 300 millones de dólares. En este buen clima político con Ecuador, ¿cuánto ha tenido que ver la política exterior desplegada por este gobierno? En lo esencial, el legado aprista que se deja en política internacional es positivo. Empezamos con la cumbre APEC y el otro año acabamos en la reunión de países de América del sur con países árabes. Creo que este es el cierre de un excelente trabajo diplomático.