El terrible caso de una joven brasileña que mató a sus padres para fugarse con su novio y apoderarse de herencia millonaria
A los 18 años, Suzane orquestó el asesinato de sus padres, Manfred y Marísia Von Richthofen, después de que le prohibieron ver a su novio, Daniel. La obsesión por el amor y la herencia la llevó a idear un crimen mortal.
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El caso de Suzane Von Richthofen estremeció a Brasil. Se trata de una joven que ideó un plan macabro para asesinar a sus padres después de que le prohibieran ver a su novio. El crimen ocurrió en la ciudad de São Paulo el 31 de octubre de 2002, cuando Manfred y Marísia Von Richthofen fueron encontrados muertos en su hogar. A primera vista, parecía un intento de robo que salió mal, pero tras una exhaustiva investigación, se descubrió que la hija de la pareja había orquestado el asesinato junto a su novio, Daniel Cravinhos, y el hermano de este, Cristian Cravinhos.
Suzane, que en ese entonces tenía 18 años, mintió en su declaración a la policía y dijo que encontró los cuerpos cuando llegó de pasear con su hermano pequeño. Sin embargo, la poca preocupación de la joven y la inconsistencia de los hechos narrados instó a las autoridades a realizar otra hipótesis del caso.
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El caso de Suzane Von Richthofen, la hija que mató a sus padres a sangre fría
Suzane, hija mayor de una familia alemana acomodada, mantenía una relación con Daniel, un joven de origen humilde que no era aprobado por sus padres. Tras descubrir que su hija había comenzado a consumir drogas y no había aprobado el examen de ingreso para la carrera de Derecho, Manfred y Marísia le prohibieron ver a Daniel. Sin embargo, Suzane continuó viéndolo en secreto y, juntos, idearon un plan para asesinar a sus padres y apoderarse de su herencia.
La noche del crimen, Suzane convenció a su hermano Andreas de ir a un cibercafé para que no fuera testigo. Luego, ella subió al cuarto de sus padres para asegurarse de que estaban dormidos y dio la señal a Daniel y Cristian. Los hermanos Cravinhos ingresaron a la habitación y, con un tubo de hierro, mataron a Manfred y Marísia. La madre de Suzane, aún consciente, pidió que no lastimaran a sus hijos antes de morir.
Después del crimen, Suzane intentó simular un robo y fue la primera en alertar a la policía sobre la muerte de sus padres. Sin embargo, las investigaciones revelaron inconsistencias en su relato, y finalmente confesó su participación en el asesinato. En 2006, fue condenada a 39 años y 6 meses de prisión por homicidio doble calificado.






















