El gobierno de Trump es acusado de eliminar información sobre el cambio climático, según científicos
Científicos en Estados Unidos y el mundo se movilizan para preservar investigaciones sobre cambio climático ante la amenaza de Donald Trump de eliminar datos clave. La NOAA es uno de los principales afectados.
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Tras la presente amenaza de Donald Trump, científicos asentados en Estados Unidos y alrededor del mundo tratan de salvar décadas de investigaciones relacionadas con el cambio climático. Según la National Security Archive, datos e información relevante están siendo suprimidos de los sitios web del gobierno de Trump, y, cuando llegan las alertas de eliminación a sus celulares, se apresuran en archivar los documentos con información sobre emisiones de gases de efecto invernadero, producción energética, entre otros.
La prestigiosa revista Science indica que un ejemplo de estas acciones es el intento de Donald Trump para poner fin a casi toda la investigación climática realizada por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), una de las principales agencias de ciencia climática del país. Según un documento presupuestario interno al que tuvo acceso la revista, "la Casa Blanca quiere solicitar al Congreso la eliminación de los centros de investigación climática de la NOAA y el recorte de cientos de científicos climáticos federales y académicos que monitorean y estudian el calentamiento global provocado por el ser humano".
La eliminación silenciosa: páginas web, datos y alertas en riesgo
El regreso al poder de Donald Trump avivó un temor fundado entre los científicos y expertos en medioambiente. Durante el 2017 y el 2021 ya hubo una eliminación de información y se desactivaron cientos de recursos digitales que contenían estudios sobre el cambio climático. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y otras agencias federales comenzaron a modificar términos, borrar secciones completas y alterar el lenguaje en portales dedicados a la divulgación científica.
En respuesta, surgió nuevamente el Proyecto de Rescate de Datos, una iniciativa busca conservar versiones completas de los sitios oficiales antes de que sean alterados. Utiliza herramientas del Archivo de Internet y redes descentralizadas para archivar documentos sobre producción energética, emisiones contaminantes y eventos climáticos extremos. La eliminación de estas fuentes representa una amenaza directa para la investigación científica y el diseño de políticas públicas basadas en evidencia, es por ellos que su recopilación no solo preserva datos, sino que garantiza el derecho del público a conocer las implicancias del cambio climático en sus comunidades.
Cathy Richards y la defensa de la ciencia pública
La BBC relató que Cathy Richards, ingeniera de sistemas de información, lideró una de las operaciones más notorias para evitar la pérdida de contenidos científicos durante el primer gobierno de Donald Trump. Coordinó a más de 150 voluntarios desde universidades públicas y laboratorios de datos para resguardar documentos fundamentales. Ahora, frente a una nueva ola de posibles restricciones, Richards ha vuelto a organizar sesiones de trabajo para duplicar información desde servidores públicos a plataformas independientes.
En aquella primera etapa, el equipo utilizó celulares, redes privadas y protocolos cifrados para evitar que se interrumpieran las descargas. Se enfocaron en temas críticos, como los informes del Proyecto de Datos Ambientales Abiertos (OEDP) y del Proyecto de Datos Ambientales Públicos (PEDP), que contienen proyecciones sobre el impacto del cambio climático en la infraestructura nacional. Hoy, la prioridad recae sobre mantener accesible la información relacionada con alertas tempranas de desastres naturales y evaluaciones de justicia ambiental.
Además, algunos congresistas como Alexandria Ocasio-Cortez y el senador Ed Markey ya expresaron preocupación ante los primeros indicios de eliminación de contenidos ambientales. Han presentado solicitudes formales para que se detalle el motivo de las modificaciones y se garantice la preservación de la información pública. Sin embargo, la respuesta de la administración es limitada, lo que incrementa la desconfianza de la comunidad científica y de organizaciones independientes.