¿Por qué el nuevo papa elige un nombre diferente? Experto revela el significado detrás de esta tradición en la Iglesia Católica
El hecho de que los papas elijan nombres diferentes al momento de ser consagrados como pontífices es una tradición profundamente arraigada en la historia de la Iglesia católica.
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Esta práctica comenzó en la Alta Edad Media y, aunque no tiene una razón doctrinal precisa, ha adquirido un significado simbólico muy relevante. El nombre que elige un nuevo papa es significativo, ya que está cargado de connotaciones históricas y puede representar el sello de su papado. Cambiar nombre es una de las primeras decisiones del nuevo pontífice, reflejando el inicio de su reinado en la Iglesia católica .
La tradición inicia con el papa Juan II, quien en el siglo VI abandonó su nombre de nacimiento, Mercurius, debido a su asociación con el dios pagano Mercurio. A partir de ahí, otros papas siguieron su ejemplo, siendo el siguiente en cambiar su nombre Pedro Canepanova en el siglo X, quien decidió por Juan XIV. A lo largo de los siglos, la práctica se consolidó, pero algunos papas mantuvieron sus nombres originales, como los papas Marcelo II y Adriano VI en el siglo XVI, la mayoría optó por nuevos nombres, especialmente aquellos provenientes de diferentes países, que adoptaron nombres italianos por respeto a la tradición.
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Un experto explica las razones del cambio de nombre del papa
Liam Temple, profesor asistente en la historia del catolicismo en el Centro de Estudios Católicos de la Universidad de Durham explica en una entrevista a CNN, que cada nombre papal está vinculado a la historia y el legado de papas y santos anteriores. Estos nombres reflejan las virtudes o ideales que el nuevo papa desea emular, como el caso del papa Francisco, quien eligió su nombre para rendir homenaje a San Francisco de Asís y su dedicación a la paz, los pobres y la cooperación dentro de la Iglesia. Del mismo modo, el papa Benedicto XVI eligió su nombre en honor a San Benito y al papa Benedicto XV, para resaltar su compromiso con la paz y la reconciliación.
Aunque no existen nombres prohibidos, hay algunos que se eligen con menos frecuencia debido a sus asociaciones con papas cuyas decisiones resultaron controvertidas, como Urbano VIII, conocido por su participación en el juicio a Galileo, o Pío XII, cuya postura durante la Segunda Guerra Mundial ha sido objeto de críticas.
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¿Cuál sería el nombre del próximo papa?
Si el próximo papa busca seguir un camino reformista, nombres como León o Inocencio podrían ser opciones apropiadas, ya que ambos están vinculados con papas que lucharon por la justicia social y la erradicación de la corrupción. También es posible que un papa proveniente del Sur Global elija nombres de pontífices no italianos, como Gelasio o Víctor, quienes fueron papas de origen africano.
A lo largo de la historia, han sido usados 44 nombres papales de manera exclusiva, siendo el papa Francisco el último en optar por uno inédito. Este evento es notable, ya que más de 1.100 años antes, el papa Lando había sido el último en elegir un nombre sin antecedentes. Los nombres más comunes incluyen Juan, que ha sido utilizado por 21 papas, seguido por Gregorio y Benedicto, que han sido adoptados por 16 y 15 papas, respectivamente.


















